Andrés Zaldívar: "La DC nació para ser la contraparte del PC... y ese proyecto persiste"

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Presidente de la Cámara Alta asegura que dialogar hoy con la Nueva Mayoría respecto de lo que sucederá para segunda vuelta es "inconveniente", y sentencia que una eventual libertad de acción se debe discutir "maduramente".




Desde su oficina en el cuarto piso del Senado en el Congreso Nacional, Valparaíso, el presidente de la Cámara Alta, Andrés Zaldívar (DC), trata de dividir su tiempo entre sus labores parlamentarias y su trabajo como candidato para la reelección en el Maule. "¿Qué pasa con los calendarios?", le pregunta a su jefe de gabinete, mientras habla al mismo tiempo por teléfono con otro de sus colaboradores que se encuentra en la región. El actual escenario no es nada fácil para él. Además de competir en esta oportunidad con el nuevo diseño electoral que unió a las circunscripciones de Maule Norte con Maule Sur, debe enfrentarse también con la ex ministra de la Segpres Ximena Rincón, correligionaria de la DC, quien hace ocho años fue elegida senadora en esa misma zona.

En medio de este escenario, Zaldívar hace una pausa para revisar el complejo panorama de la DC, cuyo futuro en buena parte depende de lo que suceda en las elecciones del próximo 19 de noviembre.

Usted es un histórico de la DC. ¿Cómo evalúa la situación que vive hoy la colectividad?

La DC es un partido que hay que entenderlo porque es un partido multicultural, que tiene una integración muy transversal que ni siquiera llamo de centro. Mire, en el gobierno de Eduardo Frei Montalva, por ejemplo, nuestra discusión era la separación del MAPU, porque había un sector del partido que creía que teníamos que movernos más hacia la izquierda. Y había otro sector que creía que había que mantenerse más en el centro, pero sin negar la alianza con la izquierda. Y la democracia interna se practica. Ahora, en la DC no creo que nadie tienda a un proyecto de derecha, porque no está dentro del alma del partido.

Sin embargo, ex ministros como Mariana Aylwin y Pedro García han dicho públicamente que simpatizantes de la DC podrían votar por Sebastián Piñera.

Eso no me extraña. En el gobierno pasado de Sebastián Piñera un militante importantísimo nuestro formó parte de su gobierno. Y esa fue una decisión individual de la que yo no estuve de acuerdo, pero eso no quiere decir que va a ser la conducta del partido.

¿Cómo debería enfrentar la DC una eventual segunda vuelta?

Considero una brutalidad que en una campaña que estamos de corto de tiempo, presidencial, compleja, difícil, empecemos a discutir si vamos a llegar a una segunda vuelta o no. Primero hay que ganar la elección y entrar a la primera y segunda vuelta, y lograr el mejor resultado. Una vez que eso se cumpla, después del 19 de noviembre veremos qué pasa.

Sin embargo, el debate ya existe y la posibilidad de llegar a un acuerdo con el Partido Comunista, por ejemplo, es casi nula.

Nosotros nacimos en la vida política para ser una contraparte del Partido Comunista. Nosotros no creemos en el proyecto comunista por sí. Nuestra vocación siempre ha sido ser una alternativa diferente dentro del cambio social a lo planteado por el PC y ese proyecto persiste. No vamos a estar nunca de acuerdo con la dictadura castrista, ni vamos a estar de acuerdo con Maduro. ¿Por qué? Porque creemos en la democracia como una cosa fundamental en la convivencia nacional, creemos en el respeto irrestricto en los Derechos Humanos y sin un doble discurso. Y esa diferencia se va a mantener.

¿Usted sería partidario de una nueva alianza con el PC?

Si no hay planteamientos claros, no se puede llegar a acuerdo. Por lo tanto, eso tendrá que discutirse en su momento. Pero si vamos a tener una relación como de matrimonio peleando todos los días, preferiría no hacer matrimonio.

Usted calificaba como una "brutalidad" hablar de segunda vuelta. Pero lo cierto es que un grupo de dirigentes DC ya firmó una carta para comprometer un apoyo recíproco ante un balotaje. ¿Qué le parece?

No quiero descalificar a nadie, porque nunca me ha gustado hacerlo y cada uno toma sus propias decisiones. Pero lo encuentro absolutamente inconveniente, no porque sea real o no sino porque le resta fuerza y energía a lo que tenemos que hacer. Creo que es un error. Lo único que tenemos que tener claro es que nuestro marco de referencia está más bien en la centroizquierda, pero dentro de una centroizquierda en que la DC no sea la cola del ratón.

En su partido también hay sectores que apuntan a decretar libertad de acción si es Alejandro Guillier quien gana en las elecciones del 19 de noviembre.

Puede que haya gente que piense en que se debe decretar libertad de acción. Es muy distinto si sale Guillier o si sale la Beatriz Sánchez. Va a ser mucho más creciente la idea de que se decrete libertad de acción si es que sale Beatriz Sánchez. Pero como le digo, es un tema que debemos ver en su momento.

¿Usted es partidario de una libertad de acción?

No. Yo soy partidario de que el partido tome una decisión con mucha prudencia. Y va a haber gente que puede plantear que hay que apoyar la libertad de acción y otros que dirán que no, y esa discusión la tenemos que hacer maduramente. Y si alguno piensa lo que decía Pedro García y toma la definición de votar por Piñera, quiere decir que esa persona se margina de lo que es el marco en el cual nos podemos mover los democratacristianos. Pero no por ello los voy a condenar.

Una junta nacional también ha surgido como opción para definir la postura de la DC en una segunda vuelta...

El partido tiene su institucionalidad, que hay que respetarla, y una decisión de este tipo, a lo mejor sí, puede que nos lleve a tener una junta nacional.

¿Le agrada la idea de una junta?

Soy más abierto a una discusión a ese nivel.

No se puede dar que en esa junta nacional la DC opte finalmente por no apoyar a Guillier.

Bueno, la junta nacional es el organismo oficial del partido y hay que respetar la decisión que se tome y habrá que verlo. Yo no me anticiparía.

¿Usted votaría por Guillier?

No se lo voy a anticipar, porque voy a ser respetuoso de lo que resolvamos en conjunto y colectivamente.

Mucho se ha hablado de qué pasará en la DC después de las elecciones. De no existir los resultados esperados, ¿en qué pie queda Goic como presidente de partido?

Ella está cumpliendo un papel muy importante, con un sacrificio personal inmenso.

La candidata ha señalado que tomó un riesgo político…

Por supuesto. Y en la política hay que asumir riesgos y yo creo que va a salir fortalecida como persona.

Pero, ¿qué se debe hacer después de las elecciones? Algunos hablan de un camino propio...

La DC no puede quedarse sola por ningún motivo. El camino propio algunos podrán creer que es posible, yo creo personalmente que es negativo. No lo creo conveniente. Hay que buscar alianzas en el mundo socialdemócrata, nosotros tuvimos una muy buena experiencia en el proceso de recuperación democrático y en los 20 años de Concertación. Y por eso fui muy partidario en insistir en una lista única parlamentaria, sin perjuicio de que hubiera dos candidatos presidenciales, y no se me hizo caso. Y por desgracia creo tener razón en que vamos a tener una disminución de nuestra representación parlamentaria por la dispersión. Lo que sí, la DC tiene que volver a recuperar ser un partido de ideas y de planteamiento, que tenga una capacidad de apuesta programática.

¿Se ha perdido ese sentido en la Democracia Cristiana?

Sí, se ha perdido. Estamos mucho en lo cotidiano y hay un individualismo político muy grande.

En otro tema, han existido diferencias entre el Senado y la fiscalía por la entrega de informes de asesorías. ¿Si se los piden de nuevo, los va a entregar?

Sí, nosotros hemos dicho que estamos claro en que si ellos nos dicen exactamente qué es lo que quieren, y si nos piden los informes de 35, los voy a dar. Pero lo importante es que esté fundado en una investigación judicial que esté vinculada a la posibilidad de esa solicitud.

Algunos han cuestionado que llamara al fiscal nacional Abbott para notificarle su molestia.

No es cierto, y Jorge puede hablar de que yo no le expresé mi molestia. Le expresé mi absoluto desacuerdo, porque creía que lo que se estaba haciendo era un daño al Senado en su conjunto. Y le manifesté mi opinión, que era la opinión de todos los comités, de que no era procedente lo que se estaba haciendo. Y yo entiendo que puede existir conmoción pública que muchas veces termina dañando nuestra imagen, pero no estoy aquí para cuidar o no la imagen, estoy aquí para cuidar la legalidad. Y sobre esa base yo me voy a mover.

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