Argelia dice que canadiense lideró asalto y que 38 rehenes murieron

El primer ministro dijo que 29 de los 32 extremistas, que "vinieron del norte de Mali" para asaltar la planta de gas, fallecieron.




Retomado el sábado el control de la planta gasífera In Amenas -después de cuatro días en manos del grupo armado islamista "Los que firman con sangre"-, Argelia trabaja contrarreloj para recuperar la confianza que le garantice inversiones extranjeras.

Mientras prosiguen las investigaciones y se conocen detalles del cautiverio en el complejo emplazado en el Sahara (a unos 1.300 kilómetros al sureste de la capital, Argel), el primer ministro del país, Abdelmalek Sellal, rompió ayer el silencio que mantuvo durante toda la crisis para lanzar una tesis hasta ahora impensada: "Había un canadiense entre los milicianos. El estaba coordinando el ataque", sostuvo. Previamente, la agencia Reuters había informado sobre el hallazgo en la planta de documentos que identificaban a dos extremistas fallecidos como canadienses. Al respecto, el gobierno canadiense dijo estar en contacto con las autoridades de Argelia y que siguen "los canales adecuados para lograr más información".

En una conferencia de prensa, Sellal actualizó el balance provisional de fallecidos durante la toma y posterior liberación del complejo explotado por la compañía argelina Sonatrach, la británica British Petroleum y la noruega Statoil: "37 extranjeros (muertos) de ocho nacionalidades diferentes", además de un trabajador argelino, 15 fallecidos más que el saldo entregado el sábado.

Del total, sólo siete cadáveres faltarían por identificar, agregó el primer ministro, quien detalló que cinco trabajadores extranjeros siguen desaparecidos. En la lista de fallecidos había un francés, tres estadounidenses, dos rumanos, tres británicos, seis filipinos y siete japoneses. En tanto, Japón, Noruega y Reino Unido han dicho desconocer el paradero de tres, cinco y tres de sus ciudadanos, respectivamente.

El primer ministro agregó que de los 32 secuestradores "que vinieron del norte de Mali", 29 perdieron la vida, mientras que otros tres fueron detenidos. Además de sostener que el ataque a la planta de gas fue planeado por más de dos meses, Sellal afirmó que en el grupo insurgente había combatientes de Argelia, Egipto, Túnez, Mali, Nigeria y Mauritania. Asimismo, dijo que a algunos de los rehenes "les habían disparado en la cabeza".

De uno de esos fusilamientos fue testigo un trabajador de la japonesa JGC Corps. El ex rehén vio cómo abatían a dos extranjeros frente a sus ojos. "Entonces, me preparé para morir", enfatizó el hombre, según el diario japonés Daily Yomiuri. A su vez, el filipino Joseph Balmaceda, de 42 años, dijo a la agencia France Presse que vio a un rehén japonés que lo cubrieron con explosivos, mientras que él y otros trabajadores permanecían amarrados. "Fuimos utilizados como escudos humanos. Nos dijeron que alzáramos las manos. Las fuerzas gubernamentales no podían dispararles mientras nos tuvieran de rehenes", agregó.

El escocés Alan Wright, en tanto, relató al canal de televisión británico Sky News que logró escapar gracias a la ayuda de trabajadores argelinos. Los argelinos, relató, podrían haber salido sin riesgos para sus vidas, porque eran musulmanes, pero prefirieron arriesgarse, mantenerse con Wright, cortar la reja del recinto y huir. Tras caminar un kilómetro por el desierto, se toparon con el Ejército argelino. "Estaré en deuda con ellos el resto de mi vida", sostuvo.

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