Armstrong y Aldrin revivieron anécdotas de misión a la Luna
Reunidos en un homenaje, los astronautas relataron pasajes desconocidos de la experiencia que marcó sus vidas para siempre.
Los astronautas del Apolo se reencontraron, hicieron recuerdos y contaron historias y anécdotas la pasada noche del viernes, durante el aniversario Nº 40 del primer viaje a la luna y la primera caminata lunar.
Neil Armstrong y Buzz Aldrin, los primeros hombres en la luna, junto a otros astronautas, asistieron a la ceremonia en la que el Consejo Nacional del Salón de la Fama de la Aviación premió a la tripulación de Apolo con el "Spirit of Flight" por su valentía y dedicación.
La multitud asistente al Museo Nacional de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, estalló en aplausos cuando un video reprodujo las famosas primeras palabras de Armstrong al pisar la luna el 20 de julio de 1969: "Este es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad".
EXPERIENCIA ÚNICA
"Fue espectacular", recuerda Armstrong mirando la superficie de la luna donde dio los primeros pasos. "Cuando uno va a un lugar donde todo lo que ve es diferente a cualquier cosa que haya visto antes en la vida, esto se transforma en algo único e inolvidable"
Sin embargo Aldrin y Armstrong señalaron que tuvieron poco tiempo para saborear el momento: "no habían pasado 5 segundos cuando habíamos recibido un mensaje del control de la misión en el que se nos indicaba que había que seguir con el protocolo e ir a la próxima etapa del programa", contó Armstrong durante la charla.
Armstrong relató que el había estado desempeñándose como apoyo en el Apolo 8 y que cuando ya no lo necesitaron más, le preguntaron si quería estar en la tercera misión del programa, la que se convirtió en la misión Apolo 11. Señaló que en ese momento era muy difícil predecir exactamente que misión tendría éxito en sus vuelos; "sabíamos que teníamos una oportunidad para aterrizar, pero sabíamos también que no había en absoluto alguna certeza".
EL LADO OSCURO DE LA CAMINATA
Sin embargo, el primer aterrizaje lunar presentó graves dificultades para los astronautas y los encargados del control de la misión. Cuando la zona de aterrizaje designada resultó ser demasiado rocosa, Armstrong tuvo que quemar combustible de un suministro para encontrar un lugar adecuado para aterrizar.
Asimismo, tras la caminata en la Luna, al volver al módulo lunar, Aldrin se dio cuenta de que el interruptor en el disyuntor que enviaba la electricidad al motor para que la nave se elevase estaba roto.
Entonces Aldrin sacó un lápiz del bolsillo de su hombro y lo insertó en el pequeño orificio donde el interruptor debería estar. Los motores encendieron y los dos astronautas ya se encontraban camino de regreso. Este fue uno de los pasajes más espeluznantes del viaje, relataron los astronautas.
Aldrin dijo que la luna es un lugar desolado, pero magnífico, en el sentido de que ha llegado a simbolizar lo que la humanidad es capaz de lograr.
"El punto culminante de mi vida tal vez fue el aterrizaje en la luna junto a Neil", dijo Aldrin. "Y el aterrizaje fue más importante que caminar fuera, a pesar de lo que todo el mundo piensa, ya que el aterrizaje abrió la puerta para hacer todo lo que nunca se había hecho antes", concluyó.
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