Así es el regreso de Drew Barrymore a la pantalla chica
La actriz protagoniza Santa Clarita Diet, serie que Netflix estrenará el viernes.
El último protagónico de Drew Barrymore en la televisión fue hace 25 años: en 1992, cuando aún era una adolescente, participó en la breve telenovela 2000 Malibu Road, que estuvo sólo seis capítulos al aire antes de ser cancelada por baja audiencia. Después de eso, su nombre comenzó a consolidarse en el cine, transformándose en una de las actrices más reconocibles de Hollywood en los 90 y la primera mitad del nuevo siglo. Por ende, su aparición en la pantalla chica se hizo cada vez más esporádica: uno que otro telefilme, además de prestar su voz para series animadas como Los Simpsons y Padre de familia, además de una aparición como invitada en la serie Odd mom out el año pasado.
Pero, al igual que otros actores de alto perfil que se han visto atraídos por la televisión en los últimos años, Barrymore regresará a tener una posición estelar en la pantalla chica como protagonista y productora ejecutiva de Santa Clarita Diet, la nueva serie que Netflix estrenará sus 13 episodios este viernes.
La producción fue anunciada en marzo pasado, descrita como una comedia en donde Barrymore y Timothy Olyphant (Justified) interpretarían a Sheila y Joel, un matrimonio descontento del un suburbio californiano Santa Clarita, que ve sus vidas cambiadas cuando Sheila toma una decisión que iniciaría "un camino de muerte y destrucción".
La historia no entregó más detalles hasta el nuevo año, cuando revelara finalmente el giro: Sheila come carne humana. Las sangrientas imágenes que acompañaron el anuncio prometían una serie alejada lo más posible de la normalidad.
Y Santa Clarita Diet cumple con su promesa: es probablemente una de las comedias más extrañas que haya pasado por la pantalla chica recientemente. Las vidas de Joel y Sheila, dos corredores de bienes raíces con una hija adolescente, dan un vuelco luego de que ella -en un momento muy gráfico- en apariencia fallezca, y resucite a los pocos minutos.
Su regreso no sólo carece de lógica -no tiene pulso ni sangre-, sino que parece cambiar completamente su personalidad: de decaída y cauta pasa a seguir todos sus impulsos sin pensarlo dos veces, lo que incluye el no filtrar lo que le dice a su jefe y tener un mayor impulso sexual.
Todo es secundario a sus nuevos antojos alimenticios: de pasar a comer carne cruda, rápidamente pasa a comer derechamente humana, en escenas que cambian de forma abrupta de la comedia al horror más sangriento, dándole un nuevo giro al concepto de zombie.
Un cada vez más histérico Joel intenta encontrar alguna alternativa a la nueva dieta de su mujer, hasta que decide asumir su nueva vida y los problemas que eso implica: asesinar gente. Mientras la familia busca potenciales nuevos candidatos a transformarse en la cena, deben evitar a su sospechoso vecino, que resulta ser policía del departamento del Sheriff de Los Angeles. Y la historia sólo se pone más sangrienta desde allí.
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