Atentado en Kabul revela avance del Estado Islámico en Afganistán

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Grupo yihadista se adjudicó la autoría del ataque hoy a un centro cultural chiita, que dejó al menos 41 muertos. Expertos advierten sobre el alza del yihadismo salafista y los temores de una guerra sectaria entre sunitas y chiitas.




A sólo tres días de su último atentado suicida en Kabul, que afectó a una oficina de los servicios de inteligencia en Navidad, el Estado Islámico (EI) volvió a golpear a la capital afgana. Al menos 41 personas murieron y 84 resultaron heridas hoy, en un ataque contra un centro cultural chiita reivindicado por el grupo yihadista, que pone de manifiesto así su avance en Afganistán.

El ataque ocurrió en la mañana durante un panel de discusión por el 38° aniversario de la invasión soviética a Afganistán, un país de mayoría sunita, en el centro social y cultural Tabian, que alberga también una madrasa o escuela coránica, una mezquita y las oficinas de la agencia de noticias afgana Sada-e-Afghan (La Voz Afgana, en dari). El local en la mira "recibe apoyo de Irán y es uno de los principales centros chiitas de Kabul", afirmó el Estado Islámico en un comunicado de su agencia Amaq.

Se trata del atentado más sangriento desde el cometido en octubre pasado contra una mezquita chiita, que ocasionó 56 muertos y que también fue reivindicado por el EI. "Los terroristas volvieron a cometer crímenes contra la humanidad atacando mezquitas, lugares santos y centros culturales. Sus crímenes son imperdonables", estimó el Presidente afgano Ashraf Ghani en un comunicado.

"La mayoría de las víctimas en el ataque eran jóvenes estudiantes y graduados universitarios", apuntó el portavoz del Ministerio de Interior, Najib Danish. "Nos vengaremos de los terroristas por cada gota de sangre de los muertos y heridos", sentenció, al tiempo que informó que una comisión investigará "posibles negligencias de policías" que "pudieron permitir a los terroristas que atacaran el centro".

Las fuerzas estadounidenses en Afganistán condenaron, por su parte, un "ataque de odio" a través del portavoz de la operación Resolute Support, el lugarteniente coronel Kone Faulkner.

Poco antes, uno de los portavoces talibanes, Zabihulah Mujahid, había rechazado la autoría del atentado, al asegurar que "nada tiene que ver" con ellos. "Dicen que el objetivo era una agencia de noticias y un centro educativo, pero los combatientes del Emirato Islámico (como se autodenominan los talibanes) son más cuidadosos en ese aspecto y nunca comenten ese tipo de acciones", remarcó Mujahid.

Zia Shahreyar, analista de la BBC, recordó que en los últimos meses el EI ha atacado a muchos objetivos en el oeste de Kabul, donde vive la mayoría de la población chiita de la ciudad. "Hay crecientes temores de que el EI está intentando provocar una guerra sectaria entre sunitas y chiitas en Afganistán y que la comunidad chiita está cada vez más insatisfecha con el gobierno del Presidente Ashraf Ghani por fallar en protegerlos", señaló Shahreyar.

El Estado Islámico anunció el establecimiento de su filial "Khorasan", un antiguo nombre para Afganistán y sus alrededores, en enero de 2015, recordó la cadena británica. Inicialmente ganó terreno en el este y el norte, aunque perdió territorio allí y fue eliminado en gran parte del sur y el oeste del país por los talibanes -que controlan o disputan el 40% del territorio- y las operaciones de las fuerzas afganas y de EE.UU./OTAN, las mismas que hoy centran sus operaciones contra los yihadistas en la provincia de Nangarhar, en el este del país.

Ante esta ofensiva, el EI ha recurrido principalmente a tácticas de guerrilla y se estima que tiene una fuerza de entre 1.000 y 5.000 combatientes. Con todo, Borhan Osman, analista senior para Afganistán del International Crisis Group, cree que tras su séptimo atentado suicida en la capital desde el 20 de octubre, el "Khorasan" se ha convertido "en una amenaza mayor en Kabul que los talibanes. Esto era inimaginable". "Estamos lidiando con una radicalización interna que se está volviendo mortal. El yihadismo salafista está en aumento. Y es un fenómeno urbano", escribió Osman en Twitter.

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