Atentado suicida en el este de Afganistán: 7 kamikazes y 5 policías muertos

Al acercarse el retiro de las tropas internacionales, a fines de 2014, los insurgentes han cambiado de blanco, desinteresándose de los militares de la OTAN, para concentrarse en las fuerzas afganas que deberán asumir la defensa del país.




Siete kamikazes que llevaban explosivos murieron en un ataque contra una base de la policía en Jalalabad, la ciudad principal del este de Afganistán, que costó también la vida al menos a cinco uniformados, informó una una fuente policial.

Los talibanes reivindicaron el ataque en un mensaje de texto enviado a la AFP, en el que afirman que el blanco era una academia de policía en la que "instructores extranjeros e israelíes" enseñan a "300 reclutas". El ataque, lanzado por "un gran número de atacantes," dejó "graves pérdidas" entre los policías.

Un primer atacante detonó el vehículo que conducía, lo que permitió entrar en el lugar a otros dos hombres, que detonaron sus cargas. Otros cuatro terroristas suicidas fueron abatidos por la policía, que tuvo cinco bajas, dijo a la AFP Hazrat Hussain Mashriqiwal.

Ahmad Zia Abdulzai, el portavoz de la gobernación de Nangarhar, de la que Jalalabad es la capital, confirmó el ataque, pero sin dar más detalles.

Jalalabad, la ciudad más grande del este de Afganistán, es marco de varios ataques cada año. A fines de febrero, un kamikaze se hizo volar delante de una base de los servicios secretos afganos, matando a dos agentes e hiriendo a tres.

En 2012, el aeropuerto de la ciudad, donde funciona una importante base militar, también fue atacado dos veces.

Los talibanes, cuyos refugios se hallan al este y al sur del país, libran desde hace 11 años una guerra de guerrilla contra las fuerzas de seguridad afganas y de la coalición de la OTAN. Los ataques suicidas y las bombas artesanales son su marca de acción.

Al acercarse a la retirada de lo esencial de las tropas internacionales, a fines de 2014, los insurgentes han cambiado de blanco, desinteresándose de los militares de la OTAN, que apoyan al débil gobierno de Kabul, para concentrarse en las fuerzas afganas que deberán asumir la defensa del país en menos de dos años.

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