Australia avanza muy loco
Misha Zverev se suma a los remezones de Melbourne y derrota en octavos a Andy Murray, el número uno, en cuatro sets.
a devolución de Andy Murray se va ancha. Mischa Zverev mira a su banco y con la cabeza hace un gesto como diciendo "miren, lo he conseguido". Lanza una pelota al cielo y se despide del escocés. El alemán de 30 años acaba de conseguir la victoria más importante de su carrera, al derrotar al actual número 1 del mundo por 7-5, 5-7, 6-2 y 6-4.
La acción en la cancha central de Melbourne Park arrancó como se preveía, con Murray frenando los ataques de Zverev, muy consciente éste de que su única manera de batir al amo y señor de la ATP era arriesgando e insistiendo en la idea de saque y red. Y ese plan no falló.
Desde el primer game, el teutón siguió al pie de la letra una idea que lo ha llevado a conseguir el mejor ranking de su carrera. Ayer durmió 40º. Sin embargo, allí, enfrente, estaba el cinco veces finalista de Australia, quien, con una gran devolución de revés lograba el primer break del partido. Pero Zverev no estaba para malos ratos y quebró de vuelta con un tremendo revés paralelo. Ambos tenistas continuaron equiparados hasta el 11º juego, donde el retador alemán consiguió una dejada en la red y el break. Luego, mantuvo su servicio y le puso su nombre al primer set.
El curso del segundo parcial no varió mucho. Sí se notaba frustrado a Andy Murray, que constantemente miraba a su banquillo pidiendo una explicación. Con 5-4 a su favor, el escocés dejó escapar tres bolas de set. Servía Zverev, pero, pese al 0-40, el saque y red otra vez lo salvó. Pero no del siguiente juego de saque, en el que Andy se llevó el set (1-1) con una devolución extraordinaria.
Andy agachaba sus brazos y lanzaba un grito de alivio. Ya con un set equiparado, la lógica suponía una racha positiva del mejor del mundo, pero Australia avanza muy loco. Zverev quebró dos veces el servicio de Murray, que no sabía qué hacer y subía a la red para morir en jugada a las que no acostumbra. Zverev dejaba boquiabierto al público llevándose la tercera manga por 6-2.
Quedaba a un set de convertirse en el segundo alemán en la historia, tras Boris Becker, en derrotar a un jugador N°1 del mundo. Aquella vez, Boris se imponía a Andre Agassi en Wimbledon. Sin querer ser menos, Zverev se hizo del cuarto parcial (6-4) y así el partido de manera definitiva. La gesta le llevó tres horas y 34 minutos.
Otro héroe a la altura de Istomin, el verdugo de Novak Djokovic. El 1 y 2 del mundo, fuera del primer grand slam de 2017 antes de los octavos de final. Hace 14 años que no ocurría una situación así. En ese entonces, Roger Federer y Andy Roddick eran vencidos por Gustavo Kuerten y Olivier Mutis respectivamente.
118 veces Mischa Zverev subió ayer a la red. Y los resultados están a la vista: consiguió 65 puntos. Su juego hace recordar a grandes voleadores contemporáneos como Michael Llodra o Feliciano López. Pero también a antaños como el gran John McEnroe. Hoy, el estilo de juego que aplica el alemán está totalmente extinguido, pero supo aplicarlo de gran manera en la Arena Rod Laver. Y eso ante un jugador como Andy Murray, que goza de una gran devolución cada vez que su rival se acerca a la red. Su passing eacostumbra a ser demoledor. Ayer no. El mejor del mundo, esta vez, no tuvo la receta para abrir la red que le tejió el alemán.
Australia sigue creciendo como una caja de sorpresas. Los dos grandes están eliminados. Quedan viejos rockeros, como Nadal y Federer, que se apuntan ahora como los candidatos. Aunque tal y como está el torneo es imposible aventurarse con los pronósticos.
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