Autoridades mexicanas pierden esperanzas de encontrar con vida a mineros atrapados

Tras encontrar cinco cuerpos, de un total de nueve mineros atrapados en en un pozo de carbón de la minera Binsa, en el municipio de Sabinas, estado de Coahuila, en México, el ministro del Trabajo, Javier Lozano, dijo hoy que casi no hay esperanzas de encontrar vivos a los otros trabajadores.

"Sería verdaderamente irresponsable generar falsas expectativas a estas alturas después de una explosión tan brutal como la que ocurrió en una mina tan pequeña", precisó.

Los cuerpos de rescate reanudaron hoy la búsqueda después de que las labores se tuvieran que interrumpir durante varias horas en la noche por la presencia de altos niveles de gas metano. La explosión ocurrió el martes en la mañana por acumulación de gases.

El pozo de carbón consta de un tiro vertical estrecho de 58 metros de profundidad, del que se desprenden cuatro túneles horizontales de unos 20 metros de largo.

En el sitio funcionan tres "pocitos" de los que se extrae carbón de manera rudimentaria y el accidente fue en el número tres, que llevaba 18 días operando, aparentemente sin cumplir con las normas de seguridad.

Lozano dijo que, a diferencia de un yacimiento minero establecido, estos pozos tienen una vida efímera de unos cuantos meses. Agregó que se detectaron irregularidades que podrían derivar en responsabilidaes penales para los propietarios.

Según las autoridades, la mayoría de los trabajadores no estaban registrados en el instituto mexicano del seguro social, entre ellos un muchacho de 15 años que trabajaba fuera de la mina. El joven resultó gravemente herido, con amputación de brazos.

Sin embargo, el portavoz de Binsa, Jesús Fernando Lara, dijo a W Radio que la empresa tenía debidamente registrados a los trabajadores y operaba bajo las condiciones requeridas de seguridad.

En el caso del muchacho lesionado, que es menor de edad, señaló que había sido llevado por su padre a trabajar en vacaciones.

La tragedia de Sabinas recordó en México el caso de la mina de carbón de Pasta de Conchos, situada también en Coahuila, donde el 19 de febrero de 2006 murieron 65 trabajadores por una explosión. Sólo se sacaron dos cadáveres y la mina se cerró, alegando que había riesgo de nuevas explosiones. Desde entonces los familiares de los otros 63 mineros no han dejado de reclamar que se les entreguen los cuerpos.