Avatar: Así es la película más cara del cine
La cinta de James Cameron que costó 500 millones de dólares llega esta noche a 98 salas locales, en funciones de pre-estreno.
Historia fresca: Al contrario de la moda de las adaptaciones de libros, cómic o series antiguas, Avatar es una historia original del director James Cameron. El protagonista es Jake Sully, un soldado parapléjico que llega hasta el planeta Pandora para hacerse cargo de un "avatar", criatura controlada a través de una conexión mental y que es una mezcla entre los nativos de ese mundo, los Na'vi, con genes humanos. La idea es que así pueda infiltrarse entre la raza que está al borde de la guerra con los humanos, quienes han llegado hasta el planeta para explotar un valioso mineral. La historia se cuenta desde el camino que recorre Jake para sumergirse en la nueva cultura y los cambios que produce en él.
James Cameron en su territorio: Tal como en Titanic, Cameron demuestra en Avatar que lo suyo es contar historias de veta clásica con oficio de maestro y dejar la innovación para la tecnología y los efectos especiales. La trama no sólo está bien contada, sino que además agrega un mundo fantástico como no se había visto antes. Un escenario lleno de colores vívidos y criaturas que acechan en cada rincón, que recuerdan animales, rinocerontes, perros salvajes, jabalíes, pero están transformados, como alienígenas. Tiene mucha acción -como una escena de batalla espectacular-, balanceada con momentos emotivos, como la relación romántica de los protagonistas y de Jake con la científica Grace (Sigourney Weaver).
Efectos especiales: La película no se trata totalmente de animación ni de actores. Es una mezcla porque los "dibujos" se basan y construyen directamente en las interpretaciones de los protagonistas. Para crear este mundo Cameron inventó nuevas técnicas y hasta nuevos aparatos, como fue una cámara que les permitía no tener que esperar a la posproducción para ver cómo se verían las criaturas, sino que dirigir viendo el producto casi final en la pantalla. La cinta también utilizó la nueva generación en tecnología 3D, que es aprovechada a a cabalidad. Cada aparición de Pandora está repleta de colorido, elementos que saltan fuera de la pantalla y pequeños detalles que ayudan a darle profundidad al paisaje. Además, perfeccionaron la técnica de "captura de movimiento", que incorpora la actuación del elenco a la animación con un sistema montable en la cabeza, que permite capturar las expresiones faciales con mayor detalle, claridad y precisión. Y todo se refleja en la película. Los rostros de los Na'vi resultan tremendamente expresivos, lo que contrasta con sus movimientos corporales más animales.
Actor ascendente: Gran parte de los 162 minutos transcurren sin actores de carne y hueso. Y cuando aparecen, el único nombre famoso es el de Sigourney Weaver. El resto son caras casi desconocidas, pero destaca Sam Worthington, el australiano que se robó la pantalla en Terminator: La salvación, este año. La mayoría de sus intervenciones son en forma de su avatar, pero en las escenas en que aparece de carne y hueso demuestra por qué dos de los proyectos más importantes del año en Hollywood lo tuvieron como protagonista. Para él también se reserva uno de los efectos especiales más sutiles: sus atrofiadas piernas, que se logran gracias a la tecnología.
Mensaje actual: La historia tiene una temática pacifista, incluyendo una referencia al ataque de EE.UU. a Irak después de la caída de las Torres Gemelas y un mensaje ecologista. De manera menos evidente, aborda temas como la soberanía, colonización y el imperialismo.
Presupuesto: Aunque no hay una cifra oficial, el New York Times calculó que Avatar costó US$ 500 millones, incluyendo producción y promoción mundial, lo que la convierte en la cinta más cara del cine. Sólo la realización ascendió a US$ 230 millones. Cameron, por ejemplo, gastó US$ 14 millones en desarrollar su nueva cámara.
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