Baja evaluación hecha a advertencia de cigarrillos obliga a cambiar imagen




Regular fue la nota que pusieron los chilenos a las advertencias colocadas en las cajetillas de los cigarrillos. De una escala de uno a siete, la calificación promedio obtenida no supera el 5,0.

La imagen mejor evaluada fue la de Don Miguel, un paciente que perdió su laringe por el cáncer y cuyo rostro sirvió para la primera campaña que se hizo en el país en el 2006,: sacó nota 5,0. Mientras, la que logró menor impacto fue la de Don Serapio, un hombre conectado a un tanque de oxígeno por un cáncer pulmonar y de tráquea: tuvo un 4,5.

Este es el resultado de un estudio hecho por la consultora Mori para el Ministerio de Salud, titulado "Evaluación del Impacto de las Advertencias". Se encuestó a mil personas mayores de 18 años de todo el país.

Casi no hay diferencias en la evaluación entre hombres y mujeres, pero sí por tramo de edad. Según explica la encargada del tema del tabaco del Minsal, Marisol Acuña, las advertencias tuvieron una mejor recepción por parte de los adultos mayores que las evaluaron con nota sobre 5,0, mientras que los jóvenes, le pusieron un promedio de 4,6. Esa diferencia también se advierte entre fumadores (4,4) y no fumadores (5,4).

Es decir, se obtiene un menor impacto entre jóvenes y fumadores.

CAMBIO DE ESTRATEGIA
En vista de los resultados, las autoridades reevalúan la estrategia que se aplicará. La idea es colocar una imagen más directa sobre el daño que provoca fumar. Cada año fallecen en el país más de 16 mil personas por enfermedades asociadas al consumo del tabaco, como cáncer de pulmón, de boca, esófago y laringe, además de patologías cerebrovasculares y enfisema.

Según la encuesta, un 76% de las personas entrevistadas prefieren imágenes de  órganos dañados por efecto del tabaco que los rostros de personas enfermas (ver infografía). Mientras, un 74% considera que lo importante es el mensaje que entreguen y no que sean personas verdaderamente enfermas.

Otro aspecto que plantean los consultados es que las advertencias, además de informar de los riesgos del cigarrillo, deben orientar sobre cómo dejar de fumar.

"La advertencia es un excelente vehículo comunicacional, pero no hay ninguna advertencia, ningún mensaje, que le pueda dar satisfacción a toda la gente. Por eso, en otros países se ocupan varias advertencias a la vez. Nuestra ley sólo permite una, y tratando de sacarle el máximo partido para ir identificando mensajes e imágenes que pudieran llegar a lo grupos de la población que nos interesa llegar (mujeres y jóvenes)", dice Acuña.

La experiencia internacional señala que el máximo efecto de una advertencia se consigue en los primeros seis meses, luego la gente se acostumbra y su impacto comienza a decaer.

"La advertencia como estrategia sola no sirve. Para reducir el consumo del tabaco son muchas las estrategias que hay que implementar en forma simultánea", señala la doctora Acuña.

Agrega que a tres años de la Ley del Tabaco, la prevalencia de consumo de cigarrillos en escolares bajó de 42% a 35%, entre 2005 y 2008, mientras que en mujeres descendió de 42% a 41%, según cifras del Conace.

Actualmente, la advertencia está en su fase final de diseño y en los próximos días será enviada a la Contraloría para su revisión. Una vez cumplido el trámite, tiene que ser publicada en el Diario Oficial.

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