Ballet de Santiago vuelve con la fantasía de Peer Gynt

Mañana parte la temporada con la coreografía del inglés Ben Stevenson. Hasta el jueves 17 en el Teatro Municipal.




Faltan cuatro días para el estreno de Peer Gynt y es el primer ensayo del Ballet de Santiago con el director de orquesta Konstantin Chudovsky. Los músicos de la Filarmónica no están presentes, sólo la pianista de ensayo del Teatro Municipal, que interpreta las piezas en un piano de cola negro. La escenografía muestra un bosque y la escena, una boda en la que el protagonista seduce a la novia, para luego llevarla a la arboleda y finalmente abandonarla.

De pronto, una melodía muy conocida emerge del piano y el escenario se llena con una treintena de bailarines interpretando a gnomos, monstruos y duendes. La música es En la gruta del rey de la montaña, un fragmento de la composición escrita por el noruego Edvard Grieg para la obra de su amigo y compatriota Henrik Ibsen, que se estrenó por primera vez en Oslo en 1876.

Con coreografía de Ben Stevenson y arreglos de John Lanchbery, Peer Gyn inaugura mañana la temporada del ballet.

La música, tal vez irreconocible por su nombre, ha sido múltiples veces utilizada en el cine. Por poner algunos ejemplos: en la escena de los botes de La red social; en los créditos de Scoop, de Woody Allen; en los trailers de El cadáver de la novia y Beetlejuice, etc. Además, The Who y Electric Light Orchestra han hecho covers. "Este es un ballet que puede llegar a mucha gente, tiene un espíritu bastante masivo", dice el primer bailarín Lucas Alarcón, que interpreta a Peer Gynt.

Ballet masculino

La escena transcurre con algunas interrupciones de Li Anlin, el ayudante del coreógrafo, que en inglés da instrucciones, corrige posiciones y marca los ritmos. De pronto, un hombre que se mueve con dificultad aparece desde las bambalinas. Se le instala en una silla frente al centro del escenario. Es Ben Stevenson, el coreógrafo inglés que en 1981 creó este ballet, que se presentó en Chile por primera vez cinco años después, cuando el recientemente fallecido Ivan Nagy era director artístico de la compañía. Fue él mismo quien volvió a montar esta producción en 1996, durante su segundo período como director.

Las obras de Stevenson se caracterizan por ser especialmente narrativas. En el caso de Peer Gynt, fue creada específicamente para un bailarín del Houston Ballet que tenía grandes cualidades interpretativas, ideales para un ballet en el que, de forma inusual, el personaje principal es masculino. "Para interpretarlo hay que ser cien por ciento natural; un ser humano libre, que comete muchos errores, pero lo hace honestamente. Es fuerte, porque se le muere la mamá, se enamora como de cinco o seis chicas, pasa por un loquero, está a punto de morir. Tiene una parte fogosa, otra chistosa, otra mala. Es como interpretar a muchos personajes en uno. La obra dura más de dos horas y yo estoy en todas las escenas", dice Alarcón, bailarín proveniente de Buenos Aires que desde hace nueve años trabaja en el Ballet de Santiago y desde 2013 es el primer bailarín.

A diferencia del realismo que caracteriza a las obras de Ibsen, como Casa de muñecas, Peer Gynt es una obra fantástica. En esta, el protagonista lo deja todo -a su madre, sus enamoradas, su antigua vida- por ir en busca de su libertad. "Peer Gynt es el más irresponsable y querible de los canallas. La ilusión del yo lo domina. Aspira escarnecido y roto al alto título de emperador de sí mismo", escribió Jorge Luis Borges. Para Marcia Haydee, directora artística del ballet, Peer Gynt encarna el sueño del viaje y la aventura.

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