El bastión chavista de Catia se muestra dividido ante las elecciones de hoy

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No todos los habitantes de esta zona, históricamente oficialista y donde Chávez sigue teniendo admiradores, apoyarán la iniciativa de Maduro.




Los ojos del fallecido mandatario venezolano Hugo Chávez (1999-2013) siguen a los habitantes de Catia, al oeste de Caracas, por todas partes. La mirada del comandante está en la entrada de la estación de metro Plaza Sucre, que da hacia el núcleo comercial de la zona, en algunas escaleras, quioscos y camisetas.

El emblemático líder revolucionario incluso puede verse en un mural de más de cuatro metros de altura donde lo acompaña Salvador Allende con la consigna "ser joven y no ser revolucionario es una contradicción biológica". Los murales son similares a las que se pueden ver en el sector colindante, el 23 de Enero, donde está la tumba de Hugo Chávez.

Catia, uno de los tantos barrios humildes de la capital venezolana, siempre ha sido uno de los grandes bastiones del chavismo. Es aquí donde el Presidente del país, Nicolás Maduro, votará hoy en la elección de donde saldrán los diputados para su más reciente y controversial propuesta: el establecimiento de la Asamblea Nacional Constituyente. Pero la presencia omnipresente de su mentor, no ha logrado ayudarlo del todo en estos comicios.

La actividad en esta zona sigue siendo opuesta al este de la ciudad, donde algunos barrios como Altamira, han cesado sus actividades y apoyado los llamados "trancazos" convocados por la oposición, como parte de su estrategia para oponerse al proceso constituyente que busca reformar la Carta Magna del país.

Por el contrario, en Catia la vida sigue con normalidad. El ritmo frenético no se detuvo ni siquiera en los dos días de huelga general -el miércoles y jueves de esta semana- que paralizó partes del país. Pero la zona sí ha dado ciertos signos, en los últimos meses, de estar aflojando su fidelidad hacia el gobierno que encabeza Maduro.

No todos sus comercios abrieron sus puertas durante el paro, algo que durante la Presidencia de Chávez hubiera sido casi impensado. Algunos vendedores de cigarrillos sueltos se quedaron en sus casas y no se escuchó el grito incesante del comerciante que vende cinco paltas por 2.000 bolívares (menos de US$ 1 en el cambio oficial). Muchos de los residentes de Catia tampoco participarán en la elección de los diputados que reescribirán la Constitución. Otros, están indecisos de apoyar la convocatoria de Maduro.

"No sé, no sé, estoy indecisa", asegura Mary cuando se le pregunta si va a ir o no a votar en los comicios de hoy. "Fui chavista. Pero a mi estos no me han dado nada", asegura en referencia al actual gobierno. La mujer de 53 años, que se refugia del sol en una pequeña plaza del bulevar de Catia, donde se pueden encontrar los principales comercios, asegura que su familia y amigos están divididos frente al tema. No es la única que tiene dudas. "Hay gente que dice que sí, hay otros que dicen que no irán a votar. Yo no creo, no lo sé", dice.

Otra gran señal se dio cuando la oposición, aglutinada en la Mesa de la Unidad Democrática, realizó su plebiscito -simbólico y sin el visto bueno del ente elector de ese país- para rechazar la convocatoria oficialista, el 16 de julio. Según algunos medios locales, cientos de personas hicieron filo bajo un fuerte sol para votar. "Catia, presente, no quiere Constituyente", gritaron ese día algunos manifestantes. La participación en la consulta pública de la oposición incluso provocó enfrentamientos entre sus residentes. Ese domingo, una mujer murió luego de que un colectivo chavista (los grupos armados leales al gobierno) abriera fuego en un punto de votación.

"Si Chávez estuviera vivo yo sí votaría por la Constituyente", dice en cambio Guillermo, de 45 años a este diario. "No hay harina-pan, que es lo que se usa para hacer arepas", dice y señala el banco donde sus dos hijas, de menos de ocho años, están sentadas comiendo empanadas de pollo. "Tuve que gastar 20.000 bolívares para darle desayuno a mis niñas", sostiene y aclara que tampoco confía en la oposición ni en ninguno de sus líderes. Ninguno de ellos los representa, explica. "Siempre va a haber gente rica y pobre, pero al menos él (Chávez) intentaba nivelar eso. Este carajo (Maduro) la está cagando", dice.

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