Beyoncé llegará en su boeing 757 y ocupará dos escenarios en Chile

Suena como una clásica promesa, como el mejor gancho comercial, pero esta vez parece que de verdad es cierto. La puesta en escena que ocupará Beyoncé para su primer show en el país amenaza con convertirse en una de las más espectaculares vistas en Chile. La cantante estadounidense, que debuta el 14 de febrero en el Movistar Arena -y que arribará en su propio boeing 757 junto a su equipo de 80 personas, muchas cajas de vestuario y hasta una pantalla de alta definición- ocupará dos escenarios para completar una presentación de poco más de 90 minutos. Pero lo novedoso del tema es que una de esas tarimas se ubicará justo al centro de la Cancha, en la mitad de una de las localidades  más pobladas en conciertos.

Los planos sobre la infraestructura que necesitará la escala local del I am... tour ya están en Santiago y ahí se detalla que, justo en la medianía del espectáculo (dividido en cinco cuadros con un promedio de dos cambios de vestuario en cada uno de ellos), Beyoncé bajará las escaleras del escenario central y caminará por un pasillo despejado hasta el "second stage", como dice en el plano, hasta llegar a ese segundo entarimado y a escasos metros del público que se encuentre en esa parte del recinto.

La mayor parte de la acción, sin embargo, se desarrollará en el escenario central. Ahí se ubica su banda -bautizada Suga Mama- y sus coristas -a las que llama The Mamas- y Déja Vu, canción incluida en su disco B'Day (2006), es la primera de una lista de 33 canciones, entre las que se incluye una interpretación del Ave María de Schubert y un medley de Destiny's Child, que fue el trío vocal que integró desde 1990 hasta 2005.

En otro momento destacado del show, que la revista Billboard catalogó como uno de los mejores de 2009, se proyectan videos de una pequeña Beyoncé cantando a los cinco años de edad y justo antes de Single ladies también se muestran videos caseros de fanáticas tratando de imitar los pasos de la cantante para esa canción.

El espectáculo parte con seis canciones antes de una pausa para cambio de vestuario. Luego aparece la diva vestida de novia en la escalera ubicada al centro del escenario para cantar Angel y el mencionado Ave María. Durante esa primera mitad del recital,  también sale con un traje "robótico" para cantar Crazy in love, quizás su canción más popular, y luego versiona a Alanis Morissette.

Tras el segmento "rockero", la Knowles regresa con traje de heroína de cómic para cantar Radio, Me myself and I y Ego. El remate viene con Say my name, otro de sus grandes éxitos, acompañada de un elegido del público que sube al escenario.

Beyoncé también mandó a Chile sus exigencias: pide que todo lo que la rodee sea de color blanco ("cortinas, alfombras, manteles, sillones, muebles, batas de baño, toallas y alfombras de baño") y necesita 11 camarines y cuatro oficinas de producción. Los camarines son individuales, uno para ella, otro para sus bailarines -uno para hombres y otro para mujeres-, coro y todo el equipo técnico. Sobre el lugar que ocupará la cantante y actriz, se especifica que deberá tener una temperatura permanente de 25 grados centígrados y que ahí trabajarán los nueve asistentes personales que la acompañan, entre ellos, maquillador, vestuarista y estilista.

Sobre la comida se sabe que pedirá sus platos a la habitación del hotel -todavía no se define el recinto, pero solicitó una suite presidencial- y que deben haber cuatro opciones diarias para platos de fondo. Otro dato relevante tiene que ver con su vestuario: son varias toneladas de ropas -inspiradas para esta gira en el trabajo del diseñador francés Thierry Mugler-, las que viajan con ella en su avión que la traerá a Santiago. Los productores hablan de un avión "comercial", pero privado, como los que trajeron Iron Maiden y Madonna al país.