Biografía autorizada de Thatcher habla de rol de Chile en Guerra de Malvinas

Según el libro, Santiago fue el primero en ofrecer ayuda a Londres ante el conflicto, a través de los servicios de la fuerza aérea y naval.




Como "el peor momento de su vida". Así describió en su biografía autorizada la ex primera ministra británica Margaret Thatcher la Guerra de las Malvinas (Falklands para los británicos), que se desarrolló entre el 2 de abril de 1982 y el 14 de junio de 1982. El ex director del diario The Daily Telegraph, Charles Moore, dedicó los dos últimos capítulos al conflicto en su libro Margaret Thatcher: The Authorized Biography, Volume One: Not For Turning, que fue publicado ayer en Reino Unido y que narra la vida de la ex premier hasta noviembre de 1982. El autor está trabajando en el segundo volumen de la biografía.

Para realizar su trabajo, que comenzó en 1997 y que, a petición de Thatcher, sólo podía ser publicado tras su muerte -ocurrida el pasado 8 de abril producto de un derrame cerebral-, Moore entrevistó a 315 personas y contó con toda la colaboración de la "Dama de Hierro", su familia y su círculo más cercano.

En la biografía existe una referencia al rol que jugó Chile en el mencionado conflicto. Según el relato, "Thatcher estaba impresionada por el nivel del apoyo internacional que había acumulado desde la invasión argentina (a las islas). Primero, encubiertamente, llegó Chile, cuya disputa con Argentina sobre el Canal de Beagle lo había hecho hipersensible ante la agresión argentina. Incluso, antes de que la invasión se completara, Chile ofreció a Reino Unido el uso de sus puertos. De ahí en adelante las tareas de inteligencia y la cooperación logística fueron constantes".

Para el 6 de abril, Santiago ya había "ofrecido los servicios de su fuerza aérea y naval, todo ello autorizado por el dictador Augusto Pinochet", indica el libro.

El nombre del general sólo aparece en esa ocasión. Sin embargo, el autor le dedica una nota al pie de página que da fe de la buena relación que tenía con la "Dama de Hierro": "En 1998 él fue detenido en Londres como resultado del intento de un juez español por extraditarlo y que se enfrentara a los cargos por crímenes como tortura y asesinato. Lady Thatcher protestó vehementemente contra este tratamiento", dice la nota.

Para llevar a cabo su relato, Moore entrevistó a varios asesores de Thatcher, también recopiló cartas e incluso consiguió algunos diarios personales de los funcionarios. Además, se basó en registros de conversaciones entre miembros del gobierno. En uno de esos registros, Nicholas Ridley, uno de los mayores asesores de Thatcher en asuntos económicos, sugirió en 1980 que Reino Unido cediera su soberanía a Argentina. Documentos históricos señalan que tal idea había crecido dentro de la Cancillería británica entre fines de 1979 y comienzos de 1980. La idea era proponer una solución en la que el arriendo era la opción más viable y mutuamente conveniente. A través de este mecanismo, Argentina obtendría la soberanía formal, mientras que la administración de las islas quedaría a cargo de Reino Unido por un tiempo limitado a ser negociado.

"En una reunión del Comité de Defensa de su gabinete, el 7 de noviembre de 1980 Thatcher expresó sus dudas al respecto: "Será muy difícil que cedamos la soberanía", dijo la primera ministra.

Por otro lado, el libro recoge también sus momentos complicados durante este conflicto. Muestra una Thatcher vulnerable a ciertos dolores humanos, como la traición (política en este caso). Una faceta muy desconocida hasta la publicación de esta biografía. Moore cuenta los esfuerzos de la gobernante por convencer a su mejor aliado, el entonces presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, de que apoyara su campaña contra Argentina. El periodista cuenta que en sus conversaciones con Thatcher, sus recuerdos estaban "llenos de omisiones a asuntos incómodos" sobre Reagan, porque quería que en ella quedara una memoria positiva sobre él. Menciona especialmente la sensación de abandono de Thatcher cuando Washington mostró su predisposición a apoyar el plan de paz presentado por Perú para evitar tomar parte.

La oposición de la junta argentina al plan de paz abrió una vía a una reconquista militar de las islas. Thatcher incluso lloró a los pies de su cama por las víctimas británicas del conflicto cuando supo que dos buques de su país habían sido atacados.

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