Brasil: Amnistía Internacional saca 'tarjeta amarilla' a policía militarizada por violencia contra manifestantes

La ONG instó a las autoridades a investigar por qué se "usó la fuerza excesiva contra manifestantes pacíficos y debe llevar a los responsables a la Justicia".




La organización Amnistía Internacional (AI) y la Defensoría Pública de Sao Paulo condenaron la violencia policial con que fueron reprimidos manifestantes que protestaron el jueves contra el Mundial de Brasil 2014, informaron hoy medios locales.

"Le sacamos 'tarjeta amarilla' a la policía militarizada de Sao Paulo", dijo el director de AI de Brasil, Átila Roque.

"Las autoridades brasileñas deben investigar sin demora, porque se usó la fuerza excesiva contra manifestantes pacíficos y debe llevar a los responsables a la Justicia", agregó.

El defensor público Pedro Estabile, quien acompañó la manifestación realizada en la estación Carrao de Sao Paulo, distante unos 12 kilómetros del estadio en el que Brasil y Croacia disputaron el jueves el partido de apertura del Mundial, dijo que la acción policial fue "inaceptable".

"Lo vi todo desde el principio. No hay argumentos. La Policía Militarizada lanzó bombas contra un grupo de jóvenes que se manifestaban pacíficamente", dijo Stabile en declaraciones que recoge el diario O Estado de Sao Paulo.

En su edición de hoy, el rotativo publicó una imagen en la que se ve a un joven siendo inmovilizado por tres agentes, mientras un cuarto policía le arroja gas pimienta dentro de un ojo. 

Informes preliminares indican que en el marco de las protestas de la capital paulista al menos 11 personas resultaron heridas, entre ellos reporteros extranjeros de medios de prensa internacionales.

Los disturbios se produjeron porque los manifestantes pretendían marchar por la avenida Radial Leste, principal vía de acceso al estadio Arena Corinthians, pero fueron impedidos por la policía, que desplegó un fuerte operativo para aislar la avenida y arrojó gas lacrimógeno y balas de goma.

Dos estaciones de metro y un centro comercial cerraron sus puertas durante los disturbios.

También Río de Janeiro, sede de la final del Mundial el 13 de julio, fue escenario de violentas manifestaciones.

Unos 1.000 activistas se concentraron en la región central de la capital fluminense y marcharon hacia la bohemia región de Lapa, donde se enfrentaron a la policía, que también reprimió con bombas de gas pimienta y balas de goma. 

Seis personas fueron detenidas, según datos preliminares. La policía informó a su vez que tres agentes resultaron heridos.

También la mítica playa de Copacabana fue punto de concentración para unos 400 activistas, quienes hincharon por la selección adversaria de Brasil en el debut, Croacia, y arrancaron banderas brasileñas que adornaban comercios de la región.

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