Brasil revalida el oro en vóleibol femenino

El sexteto sudamericano se repuso del set perdido ante Estados Unidos y se quedaron con el primer lugar, logrando así el bicampeonato de la especialidad.




De la mano de una inspirada Jacque, Brasil conquistó su segunda medalla de oro consecutiva en el voléibol femenino de los Juegos Olímpicos de Londres tras derrotar en cuatro sets a Estados Unidos, las mismas rivales que vencieron en Beijing 2008.

El partido se resolvió en por marcadores de 11-25, 25-17, 25-20, 25-17, con Jaque como máxima anotadora con 18 puntos. En Estados Unidos, Destinee Hooker y Logan Tom fueron las mejores anotadoras con 14 puntos cada una.

Brasil tuvo que recuperarse de un primer set mal jugado, en el que cedieron la iniciativa a las norteamericanas, para remontar el marcador gracias al juego acertado de Fabi, Jacque y Sheila, que permitió ganar los siguientes tres sets al hilo.

Horas antes, Japón se adjudicó el bronce al derrotar en tres sets a Corea del Sur. Saori Sakoda anotó 23 puntos, incluyendo el remate que ganó el partido, en el triunfo 25-22, 26-24, 25-21. Kim Yeon Keoung fue la mejor por las surcoreanas con 22.

En el primer set, Brasil cometió una sucesión de errores en los remates que acabaron regalando puntos a las norteamericanas. La líbero Fabi se multiplicó repeliendo remates, especialmente de la norteamericana Hooker, mientras Fe Garay no pudo hacer su juego de remates violentos porque siempre se encontró con un muro de contención de Hooker y Foluke Akinradewo en el bloqueo.

Fue en el segundo set que las brasileñas se conectaron al partido, hicieron a un lado sus nervios y tomaron control del marcador.

El despertar brasileño se hizo sentir en las graderías del recinto de Earl's Court, en el oeste de Londres, con cánticos de "el campeón volvió, el campeón volvió".

Con más variantes en el ataque, Jacque y Sheilla se adueñaron de la red y llevaron a Brasil a tomar control del partido hasta el final, con un bloqueo eficiente y remates imparables para las estadounidenses.

El cuarto set fue vivido con clima de victoria por parte de las suramericanas, que una vez que tuvieron una ventaja clara en la pizarra, conmemoraron cada punto como si fuera la conquista de la medalla.

Las banderas auriverdes tupieron las tribunas y el aire se llenó de cánticos de aliento y gritos de "bicampeón" para la selección que revalidaba su presea dorada.

Brasil tuvo que recuperarse de una primera fase irregular, en la que perdió 3-1 frente a Estados Unidos y 3-0 ante Corea del Sur, y pudo avanzar a cuartos de final gracias a sus victorias ante Turquía, China y Serbia. En cuartos se impuso a Rusia y en la semifinal derrotó a Japón.

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