Bright: la superproducción cinematográfica de Netflix muestra sus primeras imágenes

Promete ser una de las grandes novedades cinematográficas de este año. Al menos para Netflix y su creciente legión de usuarios, así como para el paradigma actual de la industria. Tras estrenar su trailer en febrero, a través de sus sitios oficiales, la compañía de streaming difunde ahora las primeras imágenes de Bright, filme de acción y ciencia ficción protagonizado por Will Smith y cuyo estreno programado para diciembre supone un hito, al ser la primera superproducción cinematográfica original de la plataforma.

Dirigida por David Ayer (Suicide squad) y con un reparto que también incluye a Joel Edgerton y Noomi Rapace, la cinta es definida como un thriller policial, ambientado en un presente alternativo donde humanos, orcos, elfos y hadas han coexistido desde el principio de los tiempos. Al centro de la trama figura una patrulla del sector centro-sur de Los Angeles, California, dedicada a investigar crímenes que involucran magia, donde un policía humano (Smith) se verá obligado a trabajar con un orco (Edgerton) de compañero. Ambos tendrán la misión de encontrar una varita mágica, un peligroso objeto de suma ambición para los villanos de turno.

El relato ha llamado también la atención por su contexto, al reforzar el discurso de la diversidad y de la aceptación de grupos minoritarios y razas, en días en que la industria del entretenimiento ha manifestado su postura crítica a las reformas del gobierno de Donald Trump en Estados Unidos.

Nueva estrategia

Las expectativas son mayores con Bright: la adquisición de la cinta significó una de las más grandes y reñidas negociaciones de Netflix, que comenzó en marzo de 2016 y en la antesala del estreno de la anterior película de David Ayer, Suicide squad, cuando otros dospesos pesados de la industria, Warner Bros y MGM, se jugaron sus cartas para conseguir esta franquicia.

La puja la ganó finalmente el gigante del streaming, al ofrecer una cifra superior a los 90 millones de dólares -incluyendo 3 millones de dólares por el guión de Landis- frente a los números de sus contricantes, que no superaron los US$60 millones.

El negocio es parte del objetivo de Netflix de producir y distribuir un 50% de contenidos originales, con la finalidad de establecer una programación exclusiva, lejos de su propuesta original como repositorio de películas y más cercano al modelo de HBO, donde predomina un catálogo de producciones propias. Además, la movida supone un cambio de escala para la compañía, que hasta ahora sólo había invertido en dramas y comedias "indie" de bajo costo en lo que a películas originales se refiere.

Aun cuando a diferencia de Amazon, su gran rival en este terreno, Netflix sólo contempla un estreno limitado en cines para estas producciones -sólo para cumplir con los requisitos de las premiaciones y pensando en que los usuarios las vean en sus casas-, la estrategia ha tenido buena respuesta de realizadores como Ayer, quien con Suicide squad sufrió cortes y ediciones de última hora por parte de los ejecutivos de Warner Bros.

Similar es el caso de Martin Scorsese, cineasta que ha luchado por la autonomía creativa y contra las intromisiones de los estudios durante toda su carrera, y cuya próximo filme, The irishman, un ambicioso thriller de gángsters protagonizado por Robert De Niro, también será distribuido por Netflix luego de un acuerdo por 100 millones de dólares.

La libertad que ofrece Netflix ha tentado a otros directores: tras un acuerdo por US$ 60 millones la plataforma estrenará en exclusiva en mayo War machine, drama bélico protagonizado y producido por Brad Pitt. Al mes siguiente será el turno de Okja, del director surcoreano Bong Joon-ho, quien debió batallar contra The Weinstein Company por la extensión de su anterior filme.