Brown acepta que investigación sobre Irak sea parcialmente pública
El anuncio se realiza tres días después que el primer ministro británico compareciera ante la Cámara de los Comunes para anunciar que la investigación sería a puerta cerrada para no comprometer la seguridad nacional.
El primer ministro británico, Gordon Brown, accedió a que la investigación sobre la guerra de Irak sea parcialmente pública tras las presiones recibidas por parte de la oposición, los militares y las familias de los soldados muertos.
Un portavoz del número 10 de Downing Street confirmó hoy este cambio de rumbo, tres días después de que Brown compareciera ante la Cámara de los Comunes para anunciar que la investigación sería a puerta cerrada para no comprometer la seguridad nacional.
El portavoz aseguró que la privacidad de los trabajos de la Comisión que analizará la implicación del Reino Unido en la preparación de la invasión, la guerra y la reconstrucción de Irak entre 2001 y 2009 no se planteó en ningún momento como "un dogma de fe", sino que ya se pensaba tener cierta flexibilidad al respecto.
Brown se dirigió hoy al presidente de esta comisión, el ex subsecretario de Estado permanente para la Oficina de Irlanda del Norte, John Chilcot, para indicarle que está en su mano la decisión final de celebrar determinadas audiencias cara al público.
El primer ministro se refirió en concreto a la posibilidad de que los familiares de alguno de los 179 militares británicos muertos en Irak desde la invasión en marzo de 2003 quiera dar testimonio y prefiera que su relato sea conocido de inmediato por el público.
Brown también invitó a Chilcot a considerar la posibilidad de que las personas que llame a declarar, que podrá ser cualquier ciudadano británico, presten su declaración bajo juramento.
La rectificación del primer ministro laborista con respecto a su declaración ante el Parlamento, en la que en ningún momento habló de la posibilidad de que algunas sesiones fueran públicas, fue criticada por el Partido Liberal Demócrata, la única gran formación política británica que se opuso desde el principio a la guerra.
El portavoz de los liberaldemócratas, Ed Davey, dijo que el comportamiento de Brown es "patético" y que no debería ser Chilcot quien decidiera sobre el formato de las comparecencias, sino el primer ministro quien "tomara la iniciativa por una vez".
"El hecho de que haya sido presionado, acorralado y forzado a hacer esto a causa de las declaraciones que han hecho John Butler (que dirigió la comisión sobre las armas de destrucción masiva) y altos cargos de los servicios de inteligencia demuestra lo débil y lo patético que ha sido su comportamiento", dijo.
También hizo reproches al Gobierno el ex primer ministro británico, el conservador John Major, que tildó de "inexplicable" la decisión inicial de efectuar la investigación en privado y advirtió del riesgo de que los ciudadanos consideren la pesquisa un "encubrimiento".
Según informó este miércoles el diario "The Independent", los responsables del servicio de espionaje quieren que se examine en público la manipulación que hicieron los políticos de los datos de inteligencia para justificar la decisión de invadir Irak.
"No entiendo por qué no se decidió que las sesiones fueran públicas y que únicamente en algunos casos, cuando se tratase de datos de los servicios de información, se llevasen a cabo a puerta cerrada", se quejó el general Mike Jackson, que estuvo al frente del Ejército durante la invasión.
"A mí personalmente no me molestaría testificar en público", afirmó Jackson, según el cual el secretismo ordenado por el Gobierno sólo alimentará "el clima de sospecha y escepticismo".
El Gobierno "dice que se ha aplicado el modelo utilizado en la investigación de la guerra de las Malvinas, pero eso ocurrió hace treinta años y el mundo ha cambiado", dijo el jefe militar.
John Butler, cuya comisión denunció los serios errores en los informes de la inteligencia militar sobre el supuesto arsenal de armas de destrucción masiva que sirvieron para justificar la invasión, también criticó con dureza al Gobierno "por mirar por sus intereses políticos y no por el interés nacional".
Butler dijo que a menos que haya transparencia y declaraciones bajo juramento de los testigos el trabajo de la comisión se parecerá más a un intento de "encubrir" lo ocurrido antes, durante y después de la invasión de Irak que un intento sincero de conocer la verdad.
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