Camilo Escalona: "Los pilares programáticos ya fueron resueltos por Bachelet en las primarias"
El parlamentario dice que la oposición debe lidiar con una "alta expectativa" respecto del eventual próximo gobierno y pide "responsabilidad" en el debate sobre el programa.
Once días seguidos de campaña completará hoy el senador PS Camilo Escalona en la ciudad de Concepción, su centro neurálgico, desde el que se lanzó a recorrer la circunscripción Biobío Costa.
Han pasado 19 días desde que su repostulación al Senado tomó nuevos bríos, luego de la compleja crisis desatada en el PS tras su negativa a someterse a primarias fuera de la ley en su zona, Puerto Montt.
En medio de sus intentos por reconquistar a parte del electorado que ya representó en la Cámara de Diputados -Lota y Arauco en 2001-, se detiene para analizar el cambio de rumbo de la carrera presidencial, con el retiro de Pablo Longueira y el asomo de Evelyn Matthei como candidata única del oficialismo.
¿Le introduce un grado de incertidumbre a la carrera presidencial el cambio de escenario en el oficialismo con la irrupción de la ex ministra del Trabajo?
La crisis de la derecha hay que descomponerla en varios factores. Uno es la intervención electoral del gobierno, que ha llegado a niveles nunca conocidos. Segundo, la rivalidad antagónica de los dos partidos oficialistas. Tercero, la ausencia de voces que puedan convocar a una distensión. Los factores políticos estructurantes de la situación nacional muestran que la derecha no está en condiciones de seguir gobernando.
¿No le parece que cambia de todas maneras el escenario para Michelle Bachelet al tener que enfrentar ahora a Evelyn Matthei?
La candidata Evelyn Matthei tiene sus fortalezas: un dominio de las políticas públicas, que adquirió en su condición de parlamentaria desde el año 1990 hasta la fecha y que se vio fortalecido por su paso por el gabinete. De manera que es una competidora sólida desde mi punto de vista, pero no puede hacer milagros. La crisis de la derecha es muy profunda.
¿No es una mala señal que justo en medio de la crisis oficialista, que apuesta a reordenarse tras Matthei, la candidata de la Nueva Mayoría se mantenga fuera del país durante poco más de dos semanas?
No es un problema de activismo. Es una situación país enteramente nueva. Pocos podían imaginar que la administración Piñera iba a concluir con las fuerzas oficialistas enteramente diezmadas como están hoy. No creo que tenga que ver con aspectos puntuales de la situación...
Pero usted mismo avizora ciertas fortalezas en la candidata de la UDI...
Ninguna persona puede ser subestimada en una competencia electoral. Es un error que se paga caro. La fortaleza de la candidata que la derecha tiene ahora se instala en el marco de una crisis muy profunda que escapa a sus posibilidades.
¿No obliga eso a Bachelet a cambiar de estrategia?
No soy de los estrategas de la campaña, no podría opinar sobre eso.
Pero usted es una figura cercana a la ex mandataria, es considerado un líder dentro de la oposición...
Lo que yo puedo opinar desde el ámbito político es que nosotros debemos mantener un rumbo inalterable, dotarnos de una mayoría para reformar el país.
Dirigentes opositores han anticipado tras las primarias, y luego de la crisis oficialista, que Michelle Bachelet podría ganar en primera vuelta. ¿Está de acuerdo con ese análisis?
Puede ocurrir, nada se ha escrito. Nadie clavó la rueda de la fortuna en materia electoral. Pero puede ocurrir, sobre todo por una situación estructuralmente negativa para la derecha. Pero los votos no se han contado.
Hay quienes dicen que es la expectativa de triunfo la que ordena a la oposición detrás de Bachelet, y no un proyecto común...
Lo que he observado es que la lucha contra la desigualdad une a las fuerzas opositoras. Creo que todos entienden que es un enorme riesgo volver a La Moneda y estar con los brazos cruzados sin saber lo que se debe hacer. Lo que yo he conversado con mis interlocutores es que asumimos el gobierno con un alto grado de expectativas, y que tendremos un ejercicio de cuatro años en que se someterá a prueba nuestra capacidad de resolver un volumen de esperanzas de la ciudadanía que no se habían presentado en gobiernos anteriores.
Pero esas expectativas podrían chocar de frente con la posibilidad de que se moderen dichos compromisos, al incorporar Bachelet a la DC y figuras independientes del mundo liberal...
Estoy en contra de todo asomo de sectarismo. Me genera un enorme rechazo andar poniéndoles timbres a unos y otros. El gran mérito de las fuerzas democráticas chilenas fue el respeto de su diversidad. Es una torpeza completa esa presunción de algunos que se creen con la verdad en la mano, sin excepción. Todos son necesarios, los más radicalizados y los moderados; todos, sin excepción, porque esa es nuestra fuerza. En relación con los temas programáticos, el país ya respaldó contenidos básicos, la perspectiva de la gratuidad en términos universales, y colocar los cimientos de un Estado social y democrático de derechos garantizados. Esa perspectiva la compartimos el total de las fuerzas opositoras. Los pilares programáticos ya fueron resueltos por Bachelet en las primarias.
El temor de sectores de izquierda es, precisamente, no ser capaces de satisfacer la alta expectativa de cambios ya comprometidos por la propia ex mandataria...
Hay personas que siempre andan buscando crear divisiones donde no hay. Hay que tomar conciencia de que, dada la crisis estructural que tiene hoy el oficialismo, el rescatar el sistema político radica en la capacidad que tenga la oposición de hoy de llevar a cabo un buen gobierno mañana. De manera que imploraría que dejemos de lado toda discusión ociosa, que tomemos nota de que hoy tenemos un grado de responsabilidad mayor aún ante el país.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.