Camilo Escalona: "Nueva Constitución requiere de comisión bicameral y no alternativas académicas"

El ex presidente del Senado defiende la vía institucional que, dice, dependerá, también, de las mayorías que determine la elección parlamentaria.




La última semana se la pasó entre Puerto Montt y Chiloé. El senador PS Camilo Escalona aprovechó al máximo el receso legislativo de la semana distrital para dedicarse de lleno a la campaña por su reelección. Para ello, primero deberá medirse en primarias con su compañero de militancia, el ex intendente y ex alcalde de Puerto Montt Rabindranath Quinteros. Proceso que fue ratificado el fin de semana pasado por el consejo general del PS. La campaña partió sin complejos y Escalona fue el primero en abrir los fuegos. Junto con destacar su cercanía con Bachelet, acusó a su contendor de haber sido "desleal" con la ex mandataria. Entre tanto, la ex funcionaria de la ONU presentó un equipo de expertos, que trabajará en una propuesta de una nueva Constitución, sin excluir a priori mecanismos como el de la asamblea constituyente. Fórmula de la que se ha convertido en el principal detractor, acusando a quienes la promueven de "fumar opio".

A un mes del arribo de la ex Presidenta Michelle Bachelet... ¿Qué cambios ha percibido entre la candidata de 2005 y la de hoy?

La ex presidenta llegó con una inequívoca decisión de tomar la iniciativa tanto desde el punto de vista político, como social, lo que ha marcado la agenda del país. Hoy, los temas que se debaten son los temas a los que convocó el liderazgo de Bachelet. Hay un cambio notable en la situación que se ha producido desde que llegó y aceptó la candidatura.

¿No teme que exista una contradicción entre las "profundas reformas" que ha propuesto Bachelet hasta ahora y la defensa que usted ha hecho de la tesis del "realismo político" y la necesidad de evitar promesas de "transformaciones inalcanzables"?

Los alcances de un gobierno de cuatro años no son ilimitados. En democracia, las reformas no son impuestas de manera autoritaria o mesiánica, sino que tienen límites institucionales y sociales de la mayoría que respalda esos cambios. En el ámbito institucional, las reformas dependerán de las mayorías que habrá en las elecciones de noviembre. Así de definitivo y claro. Nosotros seguimos un camino de reformas institucionales. No hay posibilidades en Chile de un quiebre y, por lo tanto, son las mayorías las que nos van a permitir los cambios.

¿Tiene un carácter mesiánico el regreso de Bachelet?

La ex presidenta llegó con un discurso sumamente aterrizado. Sus objetivos son ambiciosos y ese mismo término lo utilizó en su proclamación del PS-PPD. Pero este gobierno se planteó objetivos mesiánicos que no ha cumplido. El mesianismo ha empapado la primera etapa de este gobierno: no se pueden refundar las naciones simplemente porque cambió el presidente. Lo que nosotros aspiramos es a un proceso de reformas con una mayoría que las sustente. Cualquier reforma hecha por arriba, sin mayoría, luego se cae.

Usted le cerró la puerta a la asamblea constituyente, dijo que era "fumar opio". Bachelet presentó hace unos días el equipo que trabajará en su propuesta de cambio a la Constitución y no descartó ningún mecanismo...

Esa es mi opinión. No sería válido que yo pensara que la propuesta que finalmente hará al país la ex Presidenta Michelle Bachelet estará en los marcos de lo que fuera mi posición personal. Ahí sí que yo mismo caería en el mesianismo. No soy quien pone las barreras en este proceso. Las barreras a la asamblea constituyente las pondrá la mayoría nacional que logremos constituir. En ese sentido, estoy convencido de que el camino de las reformas es un proceso de carácter institucional. Incluso, el propio término de la dictadura fue así, no veo ningún cambio en la cultura nacional para pensar que en el futuro esto va a ser distinto.

Fernando Atria, uno de los constitucionalistas convocados por Bachelet, calificó de ingenua su postura de no creer que los cambios no se pueden hacer por otras vías que no sean institucionales.

Eso significa que el señor Atria desconoce toda la historia de Chile de los últimos 25 años. Me llama la atención de un académico de tan sobresalientes pergaminos, que ignore que el restablecimiento de la democracia y el paulatino avance del país han sido por una vía institucional.

Considerando esa opinión, ¿qué espera de la propuesta que genere el equipo de Bachelet?

Me parece a mí que su visión es de una extrema inconsistencia. No entiendo por qué me trata a mí de miope, cuando postula un camino de quiebre institucional, el que sólo se produjo el 11 de septiembre de 1973. Entiendo que la propuesta que postulo con otros senadores, como el senador DC Andrés Zaldívar, es la que le pone un piso sólido y que se acerca a este gran propósito que señaló la Presidenta Bachelet y que yo comparto, que Chile tenga una Constitución nacida en democracia. Una nueva Constitución requiere una comisión bicameral, en el Parlamento y no simplemente alternativas académicas que, desde un punto de vista son valiosas, pero que desde el prisma de la realidad chilena no han ocurrido.

La ex presidenta ha recogido temas propuestos por las movilizaciones sociales, por "la calle". Usted ha dicho que la política no se debe dejar "pautear" por la calle...

Es un gran mérito recoger las demandas ciudadanas. La acción política debe tener una potencia y legitimidad que permitan concretar esas reformas que nuestro país necesita. Si la ex Presidenta Bachelet se limitara a los estrechos marcos del sistema político, las críticas que recibiría serían demoledoras. Hoy, en una etapa de campaña, precisamente se trata de poder abrir la mente, generar los espacios que posibiliten que mañana desde el gobierno se puedan concretar las reformas que cuenten con una mayoría que las respalden. El encapsulamiento del sistema político es una de las debilidades de la situación chilena, lo que puede ser muy riesgoso.

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