Canadá denegará visados a personas procedentes de países afectados por ébola

Estas medidas no afectarán a ciudadanos canadienses, residentes permanentes o aquellas personas que ya están en posesión de visados de entrada en el país.




El Gobierno de Canadá anunció hoy que, de forma inmediata, denegará el visado de entrada a aquellos extranjeros que hayan estado en los países más afectados por la epidemia del ébola.

Además, las solicitudes de residencia temporal procedentes de países afectados por el ébola que estaban ya aceptadas "serán devueltas a los solicitantes", afirmó el ministro de Ciudadanía e Inmigración, Chris Alexander, en un comunicado.

Estas medidas no afectarán a ciudadanos canadienses, residentes permanentes o aquellas personas que ya están en posesión de visados de entrada en el país.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, han expresado su oposición a la imposición de prohibiciones de viaje que afecten a los países más afectados por el ébola.

La decisión de Canadá de impedir la entrada en el país de extranjeros que provienen de los países más afectados por el virus sigue una medida similar adoptada por Australia a mediados de octubre. 

Tras la decisión de las autoridades australianas, países como Sierra Leona y Uganda y organizaciones como Amnistía Internacional criticaron con dureza la medida y la calificaron de "discriminatoria".

La medida adoptada por el Gobierno canadiense contrasta con la posición de Canadá en 2003, cuando el país norteamericano sufrió un grave brote del llamado Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS, en inglés) que provocó 44 muertes en el país.

Entonces, la OMS recomendó no viajar a Toronto (Canadá), entonces el epicentro de SARS en Norteamérica, lo que provocó fuertes protestas de las autoridades canadienses.

Cuando las autoridades de Taiwán restringieron los viajes de personas procedentes de Canadá, el Gobierno canadiense calificó esa medida de "excesiva" y reprochó que causaría "inconvenientes considerables a los viajeros".

A pesar de las decenas de muertes en Toronto, el entonces primer ministro canadiense, Jean Chrétien, declaró: "Todos creemos que la Organización Mundial de la Salud llegó a la conclusión equivocada. Pensamos que Toronto es un buen lugar para visitar".

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