Castellanos Moya: "El escritor siempre será un tipo incómodo"

El autor salvadoreño publica la novela El sueño del retorno, donde vuelve sobre los años de la guerrilla en Centroamérica.




Su hígado está que revienta. O por lo menos eso es lo cree Erasmo Aragón. El periodista salvadoreño radicado en México está apunto de volver a su país, pero los dolores y la angustia del retorno, lo hacen visitar antes al doctor Chente Alvarado.

"Tal dolor no me abandonaba, al grado que yo temía un grave desarreglo hepático", dice Erasmo Aragón, el protagonista de El sueño del retorno, la última novela del escritor salvadoreño Horacio Castellanos Moya (56).

Erasmo se parece a su autor, "pero yo no soy tan hipocondríaco", dice el narrador a La Tercera, quien vivió autoexiliado en México en los 80 y ahora reside en EE.UU., donde hace clases en la Universidad de Iowa.

Las coincidencias siguen. Es 1991 y Erasmo quiere regresar a El Salvador a fundar una revista. Todo apunta a un acuerdo de paz, entre el gobierno y la guerrilla, tras 12 años de guerra civil. Durante ese período Castellanos Moya ejerció el periodismo cubriendo el conflicto que dejó 70 mil muertos.

"Erasmo es un tipo que vive en crisis consigo mismo, y cree que el retorno a su país lo convertirá en una especie de hombre nuevo", dice el autor que ha retratado la violencia de Centroamérica en novelas como El asco e Insensatez.

El sueño del retorno llegaría a Chile en agosto. En España se editó hace un mes. El suplemento El Cultural del diario El Mundo señaló de su autor: "Cada nuevo libro de Castellanos Moya supone una confirmación de su lugar entre los grandes narradores y fabuladores de la literatura hispanoamericana contemporánea".

Un detector feroz

El doctor Chente Alvarado practica la medicina alternativa y someterá a Erasmo a una serie de sesiones de hipnosis para aliviar su hígado. Pero la angustia crece: Erasmo cree que bajo hipnosis ha revelado información clave de su pasado. "La sensación de haber matado a alguien", dice en El sueño del retorno.

El epígrafe del libro es un verso del poeta salvadoreño Roque Dalton, asesinado en 1975: "Toda piedad aquí es cruel si no incendia algo".

Con Castellanos Moya la provocación y la crítica está garantizada. "El escritor siempre será un tipo incómodo en cualquier grupo humano. Como decía Hemingway, el escritor tiene que tener un detector de mierda", dice y cuenta que sus últimas lecturas son informes desclasificados de la CIA. "Es material para mi próxima novela. Hay denuncias y personajes reales involucrados", concluye.

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