Castillo, la fortaleza cruzada

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El delantero. quien marcó el gol del título ante Temuco, mostró su poder goleador durante todo el año para convertirse en una de las principales figuras del bicampeonato cruzado.




Nicolás Castillo no quiso hablar, pero tampoco tuvo mucho tiempo para detenerse a hacerlo. Después de la consecución del título, con doblete suyo incluido en el partido frente a Temuco, el centrodelantero de Universidad Católica no paró de recibir saludos y agradecimientos. También peticiones de que siga en el club, considerando que su futuro depende de Brujas, de Bélgica, el dueño del 70 por ciento de su pase.

El atacante, quien volvió a San Carlos de Apoquindo para encontrar la confianza y la continuidad que no encontró en Europa, completó una temporada de ensueño, que se resume en una cifra categórica: aportó 24 goles a ambas coronas estudiantiles. Así, logró transformarse en ídolo de los fanáticos, que lo compararon con Alberto Acosta en el marco de otro parangón: el de la dupla que conformó con Diego Buonanotte a quien, para el caso, homologaron con Néstor Gorosito.

En su segundo paso por la UC, que en Las Condes quieren prolongar, el ariete mostró madurez. Y en la recta final del segundo torneo del año mostró toda su importancia: antes de concretar su brillante faena en Temuco, había tenido una jornada incluso más gloriosa en Cavancha, donde con cuatro goles para el 2-6 sobre Iquique entregó un aporte clave para la nueva corona estudiantil.

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