Catherine O'Flynn, el último fenómeno de la novela británica

Cinco editores y 15 agentes rechazaron su primer libro. Publicado por un sello pequeño, Lo que perdimos se convirtió en un éxito.




Trabajaba en una tienda de música de un centro comercial. Catherine O'Flynn había ido muchas veces como clienta, pero sólo cuando entró a trabajar allí descubrió lo extraño que podía ser: el contraste entre el ruido del día y el silencio de la noche, la soledad de sus empleados, la sensación de estar siempre bajo una cámara de vigilancia. "Un día, escuché que una niña había sido grabada por las cámaras de seguridad de uno de esos almacenes en mitad de la noche. La niña no había sido encontrada, quizá porque la imagen era un fantasma, o un sueño, o una alucinación de los guardias de seguridad", cuenta.

Con esa imagen como punto de partida, Catherine O'Flynn (Birmin-gham, 1970) escribió su primera novela, Lo que perdimos. El libro siguió el camino natural de muchos trabajos de autores desconocidos: fue rechazado por cinco editores y 15 agentes. Pero el resultado no fue tan natural: publicado por un sello pequeño, recibió el Costa Book Award a la ópera prima. Un premio prestigioso que antes se llamaba Whitbread y que han recibido, entre otros, Kazuo Ishiguro, Philip Pullman y Mark Haddon.

Y era sólo el comienzo. Finalista de los premios más importantes del Reino Unido, desde el Orange Prize al Booker, se convirtió en un éxito de ventas y sorprendió a la crítica de su país y de EEUU. "Sorprendente y maravillosa", comentó The Times. "Los fantasmas se han paseado por la novela negra con frecuencia, pero casi nunca con el extraordinario encanto de la niña de 10 años Kate Meaney", añadió The New York Times, refiriéndose a la protagonista.

Traducida a una veintena de idiomas, a menudo la historia de Catherine O'Flynn ha sido comparada con la de JK Rowling: la autora de Harry Potter también sufrió numerosos portazos antes de ser publicada y convertirse en fenómeno mundial. Coincidencia o no, Lo que perdimos fue contratada para ser llevada al cine por los mismos productores de la saga Potter.

Con el centro comercial Green Oask como escenario, la novela transcurre en dos momentos. 1984: Kate, una niña de 10 años que vive con su abuela, sueña con ser detective y suele ir al centro comercial sola. Le gusta jugar allí, recorrer las tiendas e imaginar misterios. Incluso un día se esconde y pasa la noche dentro. Pero repentinamente desaparece. Nunca más se sabe de ella. 2003: la noche de Navidad, Kate aparece en una grabación de las cámaras de seguridad. Eso le parece a  Kurt, guardia nocturno de Green Oaks. Con la ayuda de Lisa, vendedora de una tienda de discos, intentará aclarar el misterio. Ambos conocieron a Kate y su recuerdo los ha acompañado por 20 años.

Con ecos de novela de fantasmas y de intriga, escrita con humor y sensibilidad, Lo que perdimos es una historia sobre la niñez y la amistad, sobre los sueños y la soledad del mundo adulto. El centro comercial como un símbolo o un reflejo de la sociedad actual. Y Kate, ese pequeño espectro que ronda de noche, como el niño que fuimos: "Ella simboliza lo que perdemos al crecer: la brújula de la infancia y la mirada imaginativa", ha señalado la autora.

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