Cercanos al mandatario detallan cómo fueron sus últimos días

Ni el gobierno, su familia o sus doctores habían entregado hasta ahora detalles de los momentos finales de Hugo Chávez. Pero ayer el jefe de la Guardia Presidencial, general José Ornella, rompió el secretismo imperante, al ofrecer un conmovedor testimonio de la agonía del presidente venezolano. Citando a fuentes del oficialismo, la prensa local también informó que fue el propio mandatario quien ordenó su traslado desde La Habana para cumplir su mayor deseo: morir en su país.

"No podía hablar, pero lo dijo con los labios... 'yo no quiero morir, por favor no me dejen morir', porque él quería a su país, se inmoló por su país", relató Ornella a la agencia AP. El general venezolano expresó que a pesar del esfuerzo de sus médicos, que aseguró que eran los "mejores" de todas las parte del mundo, el cáncer, que "estaba bastante avanzado", venció al mandatario. El general, quien estuvo junto a Chávez en sus dos últimos años de vida, dijo que hasta el último momento estuvo aferrado a la vida, pero que "un infarto, que le dio fulminante", precipitó su muerte.

"Sufrió bastante. Nosotros, que estábamos al lado... sufrió mucho esa enfermedad", comentó Ornella, quien aseguró que desde el pasado 8 de diciembre, cuando Chávez habló al país por última vez para informar sobre la reincidencia del cáncer y que debía someterse a una nueva intervención quirúrgica, él estaba consciente de que el panorama era complicado. "El sabía que después de esa operación... había muy poca esperanza que saliera de esa operación", realizada el 11 de diciembre en el hospital Cimeq de La Habana.

El regreso a Venezuela, la madrugada del 18 de febrero, fue una petición expresa del presidente, según fuentes del oficialismo citadas por el diario caraqueño El Nacional. "El mayor deseo de Hugo Chávez era fallecer en su tierra, y así se lo hizo saber a (el entonces vicepresidente) Nicolás Maduro y (al titular de la Asamblea Nacional) Diosdado Cabello". A este último y al ministro de Defensa, almirante Diego Molero, les encargó la misión de trasladarlo al Hospital Militar de Caracas.

En ese custodiado centro asistencial de la capital, Chávez "tuvo recaídas y momentos de mejoría". Estos últimos, según el diario venezolano, "eran aprovechados para conocer sus propuestas de gobierno".

De acuerdo con las mismas fuentes citadas por el periódico, la información más difícil de entregar fue la anunciada el lunes pasado: "Se complica la salud del presidente". "Aunque abrigaban la esperanza de una recuperación", en el Palacio de "Miraflores intentaban preparar psicológica y anímicamente a los seguidores sobre el desenlace fatal", escribió El Nacional. "Nadie creía que fallecería ese día (el martes); rogaban a Dios por un milagro", indicaron voceros del gobierno a los miembros del Consejo Patriótico de Partidos, en el marco de una reunión que iba a efectuarse ese día en el Parlamento. Ese evento se suspendió luego de conocerse que Maduro y los familiares de Chávez se dirigían al Hospital Militar.

"Las hijas del presidente se negaron a desconectarlo; murió sin dar tiempo a desarrollar una campaña de sensibilización, que se iniciaría la próxima semana", confiaron las fuentes. El deceso del mandatario se produjo a las 16.25 del martes, en lo que Maduro calificó como una "tragedia histórica".

La tarde en que murió Chávez, su madre, Elena de Frías, se encontraba en un oficio religioso en la Plaza de los Poetas, al frente de la alcaldía de Barinas, estado natal del mandatario. Según el diario local, un corte de luz impidió que los habitantes de la ciudad vieran el momento exacto del anuncio de Maduro. Recién cerca de las 17.00 se propagó la noticia "entre gritos y desmayos".

"Nunca quisimos estar preparados para esto (el funeral) y el equipo político jamás planificamos (ni) pensamos en planificar esto, porque siempre nuestro escenario fue la vida de Chávez", aseguró ayer el canciller Elías Jaua en las afueras de la Academia Militar donde se realiza la capilla ardiente.