Cesan los tiroteos en Costa de Marfil y ciudadanos buscan alimentos

Según una fuente militar, los seguidores de Gbagbo lograron resistir el ataque, gracias a las armas de  grueso calibre de la residencia presidencial.




Los disparos de artillería que se podían escuchar desde primera hora de hoy en los alrededores de la residencia oficial del presidente saliente de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo, cesaron esta tarde, mientras los ciudadanos de Abiyán aprovechan la tensa calma para hacerse con provisiones.

Los cuarteles de Plateau, sede del palacio presidencial, y Cocody, donde se levanta la residencia de Gbagbo, fueron sobrevolados por helicópteros de la ONUCI, la misión de la ONU  en el país africano. Según una fuente militar, los seguidores de Gbagbo lograron resistir el ataque, gracias a las armas de  grueso calibre de la residencia presidencial.

En tanto, en Bruselas, la Unión Europea impuso nuevas sanciones contra el gobierno "ilegítimo" de Gbagbo. Prohibió la compra de obligaciones y títulos de deuda pública marfileña y suministrar crédito al Estado.

Además, el ministro de Exteriores húngaro, Zsolt Nemeth, cuyo país desempeña la presidencia de turno de la UE, dijo que Europa está lista para ayudar a la reconstrucción del país, una vez que se resuelva el conflicto.

A su vez, la ONU lanzó en Ginebra una nueva alerta sobre la situación de los civiles en Abiyán, pidiendo que sea abierto un "corredor humanitario" para evacuar a las víctimas y heridos de la ciudad.

"La situación en Abiyán es preocupante, se precisan tareas humanitarias, y en particular que los miembros de la Cruz Roja que vienen a recoger los muertos puedan hacerlo sin exponerse a las balas", declaró en Ginebra Elisabeth Byrs, vocera de la Oficina para la Coordinación de Asuntos  Humanitarios de la ONU. 

Según la vocera, los operadores humanitarios son amenazados no sólo por los disparos de ambos bandos, sino también por la  delincuencia "creciente en Abiyán". 

"Hay grupos armados rebeldes, no está claro de qué parte, que  no sólo saquean las viviendas particulares sino también las  reservas de ls agencias humanitarias, agregó Byrs.

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