Chile también se pasa a la larga distancia

Santiago evoluciona a las pruebas de largo aliento. Hace algunos años los 42k se miraban con respeto, hoy en cambio, es un desafío del que muchos quieren ser parte.




Los 42.195 kilómetros es una distancia que hace sólo un par de años muy pocos se atrevían a correr en Chile. El año pasado, algo más de 4 mil personas se inscribieron en el Entel Maratón de Santiago para recorrerla, sin embargo, este año esa cifra aumentó en un 50%, prueba del ascenso sostenido que la madre de todas las carreras está teniendo.

El pedestrismo, running, correr o como quiera llamarle, es  una actividad en constante crecimiento en el mundo, y en Chile también, aunque algo más débil, se sigue el ejemplo. Basta con mirar Londres, Chicago, Boston, Berlín, Tokio o Nueva York -los seis maratones más grandes del mundo-, para dar cuenta de la proliferación de esta prueba. En ellos, hace mucho que los 10 kilómetros dejaron de correrse y los 21K pasaron a segundo plano, algo que en Chile podría ocurrir pronto.

"Es una evolución del running al maratón", asegura Pablo González, entrenador del equipo Road Runners, quien asegura que "en diez años más los 42K serán la distancia reina". Y puede ser.

"En este maratón,  la distancia con más inscritos es la de los 21K, lo que indica una evolución hacia las largas distancias", reconoce González. El número de participantes en el medio maratón para este año bordea los 12.500, todos ellos  en vía de ascenso kilométrico, reconocen los expertos.

La fondista Érika Olivera, quien ha brillado en su carrera deportiva como la mejor maratonista chilena, da algunas razones de la masificación de los largos trayectos. "Es algo lógico que la gente se atreva a correr mayores distancias. Los chilenos se están entrenando mucho más, se están preocupando de este tema".

Además, entrega un dato que sólo puede notar quien vive esto en carne propia: "Cuando llevas tiempo corriendo y entrenando, las distancias se te empiezan a hacer cortas. Al principio son 5 ó 10 kilómetros, pero pronto eso no es nada".

Otra de las razones que encuentra González a esta evolución hacia las grandes distancias es que "los corredores, al conseguir una marca reconocida internacionalmente, pueden medirse con gente de todo el mundo".

Quien ha visto el crecimiento del MDS desde su génesis hasta la actualidad es el experimentado entrenador Jorge Grosser. El formador  ha nutrido en todas las versiones al pelotón de élite en 21 y 42K, por lo que es voz autorizada a la hora de realizar análisis. "Ha sido un éxito. Cuando empezamos hasta ahora se ha masificado mucho el Maratón", enfatiza.

Además, el penquista ve esto  como algo positivo, puesto que al ser una prueba tan dura, obliga a prepararla con mucha antelación. "Correr un maratón es muy distinto a otra actividad física. Yo puedo jugar al fútbol de vez en cuando sin prepararme, pero para correr 42 ó 21 kilómetros uno tiene que ponerse las pilas y enfocarse en la prueba por lo menos unos tres meses antes", comenta.

Olivera, que muy probablemente correrá este año su último maratón como profesional, es optimista y se aventura al señalar que "Chile puede llegar a ser como los grandes maratones del mundo y llenar de muchos más corredores las calles". "Yo creo que en los próximos años la distancia reina serán los 42 kilómetros", añade. Hay que ver. Por ahora, los corredores siguen acumulando kilómetros.

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