Ciclista alemán confiesa haberse dopado y se niega a devolver sus medallas olímpicas
"No entiendo por qué damos tanta importancia a cosas que pertenecen al pasado", dijo Jan Ullrich, que se sometió a la práctica vía sanguínea.
Fue determinante. El ex ciclista, Jan Ullrich, declaró que no pensaba devolver las dos medallas olímpicas de oro y plata que había ganado en las pruebas de ruta y contrarreloj en Sydney 2000, respectivamente.
"No entiendo la importancia que se da a cosas que pertenecen al pasado", dijo el alemán, quien además recalcó que "las medallas son mías y quien quiera verlas puede venir a mi casa".
La polémica se generó hace cuatro meses cuando Ullrich confesó al semanario alemán Focus haberse practicado dopaje sanguíneo bajo supervisión médica del español Eufemiano Fuentes.
En dicha entrevista, el alemán explicó que en su época el dopaje era una práctica común y generalizada, por lo que no tuvo reparos en experimentarla. Quería competir en condiciones de igualdad con sus rivales.
"Casi todos tomaban sustancias para mejorar el rendimiento. No hice nada que no hicieran los demás. Yo habría hecho trampas, pero no era el caso. Lo único que hice fue asegurarme de tener las mismas oportunidades que el resto", concluyó.
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