Cine a un clic: filmes chilenos clásicos y contemporáneos para ver en la red
Cinépata, la Cineteca Nacional y la de la U. de Chile ofrecen un variado catálogo online.
Para el 17 de noviembre de 1968, el primer largo de Raúl Ruiz figuraba en ocho cines de la capital. La publicidad en prensa anunciaba Tres tristes tigres como "la obra cumbre del cine chileno" y se diría que, por una vez, el marketeo no estuvo descaminado. Sin embargo, los 17.771 boletos cortados hablan de una taquilla discreta y ciertamente insatisfactoria para los productores, uno de los cuales era el padre de Ruiz. En paralelo, para subrayar las contradicciones, ¡Ayúdeme Ud. compadre! completaba 30 semanas de exhibición, camino a convertirse en el mayor taquillazo local de la historia, desbancado sólo 30 años más tarde por El Chacotero sentimental.
A casi medio siglo de todo eso, los 91 minutos de Tres tristes tigres están disponible en al menos dos canales de Youtube. Uno de ellos ofrece versiones igualmente íntegras de películas de Miguel Littin (Sandino, La última luna), de otras obras de Ruiz (de La maleta a La edad de la inocencia) y hasta del documental de Guillermo Cahn sobre Nicanor Parra (Cachureo), "pirateado" de TVN. El otro, en tanto, subió obras como Un viaje a Santiago (Hernán Correa, 1960), Regreso al silencio (Naum Kramarenco, 1967) y La casa en que vivimos (Patricio Kaulen, 1970). ¡Ayúdeme…, por su parte, está disponible en un tercer canal, en siete partes consecutivas: hasta el año pasado estuvo en un solo vínculo, pero un particular acusó uploading impropio ante Youtube y la compañía bajó la cinta de Germán Becker. El Chacotero, por último, está en el mismo canal que ofrece material de años más recientes, como Paréntesis de Pablo Solís y Francisca Schweitzer, y Mi mejor enemigo de Alex Bowen.
Algunas se ofrecen en copias pavorosas, que en varios casos son las únicas disponibles. Pero no es la única oferta. Con un sentido curatorial, sitios especializados ofrecen copias de calidad y despliegan apetitosos menús. Nunca pudo verse tanto cine chileno con tan poco esfuerzo. La idea es pasar y mirar.
DE AYER Y DE HOY
Para filmes más actuales, una opción consolidada la proporciona cinepata.com. El sitio creado por Alberto Fuguet provee sus propios largometrajes (Velódromo, Música campesina), incluyendo el documental Locaciones. Y la moral garaje de su línea editorial, favorecedora del cine de bajo presupuesto y aspiraciones contenidas, permite abrirse a interesantes óperas primas como Efectos especiales, de Bernardo Quesney (2012); Educación física, de Pablo Cerda (2012); y Te creís la más linda (pero erís la más puta), de Che Sandoval (2009). O a la docuficción de Y las vacas vuelan, de Fernando Lavanderos (2004), y El Pejesapo, de José Luis Sepúlveda (2007).
Un sitio que aporta material contemporáneo, pero que se distingue por su archivo, es el de la Cineteca de la U. de Chile (www.cinetecavirtual.cl). Dividida su oferta en seis categorías, la que corresponde al cine experimental incluye documentales de la categoría de A Valparaíso, del holandés Joris Ivens (1963), y filmes como El Chacal de Nahueltoro, de Miguel Littin (1969); Escuela Santa María de Iquique 1907 (1969), de Claudio Sapiaín; y Descomedidos y chascones (1973), inmersión de Carlos Flores en la juventud de los 70. En "Largometrajes chilenos" se encuentra el clásico mudo El húsar de la muerte (1925) al lado de Río abajo, de Miguel Frank (1949).
Una de las experiencias más recientes en esto de proponer cine chileno a un clic vino de la Cineteca Nacional (cinetecadigital.ccplm.cl). Ficción y no ficción, cortos y largos, todo se presenta en orden alfabético y sorprenderse no es difícil. Una rápida revisión permite, respetando el orden propuesto por el sitio, notar la presencia de Andacollo (1958), documental iluminado de Nieves Yankovich y Jorge Di Lauro. Y la lista sigue con más cine de Cristián Sánchez: a Camino de sangre y Cuídate del agua mansa (1995) se agregan El zapato chino y El último round. Comparecen igualmente El Mineral El Teniente, del pionero italiano Salvatore Giambastiani, y Julio comienza en julio, de Silvio Caiozzi.
Con todo, en YouTube es posible encontrar títulos interesantes. ¿Busca cine más bien remoto, de las primeras décadas del sonoro? Entonces, tiene a mano películas del pionero Jorge "Coke" Délano (¡Escándalo!, 1940) o bien una rareza como Bajo la cruz del sur, de Alberto Berchenko (1947). Ahora, si es un lego con ánimo de descubrir clásicos, puede aplicarse a la "santísima trinidad" del Nuevo Cine chileno: los mencionados Tigres de Raúl Ruiz, El Chacal de Littin y Valparaíso, mi amor, de Aldo Francia (1969). Y ya que está en eso puede ir atrás y adelante en busca de apuestas seguras, de Largo viaje (Kaulen, 1967) a Los deseos concebidos (1982), pasando por el material de Ruiz de principios de los 70 (La expropiación, Nadie dijo nada ) y el cine de Helvio Soto (Caliche sangriento, Voto más fusil).
TRES TRISTES TIGRES
CIEN NIÑOS ESPERANDO UN TREN
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