Cineastas chilenos for export: de Jackie a Disobedience
Tres directores chilenos corren con ventaja: Pablo Larraín puede llegar al Oscar por Jackie, con Natalie Portman; Sebastián Lelio dirigirá a Rachel Weisz en Disobedience, y Sebastián Silva prepara Captain Dad.
La única vez que Raúl Ruiz, el más importante de los cineastas chilenos, hizo una película en la gran industria de Estados Unidos, lo pasó mal. Bastante mal. Se trató de Shattered image, un thriller con William Baldwin y Anne Parrillaud que fue descuartizado en la mesa de edición por los ejecutivos de Hollywood. Ruiz, por cierto, no contó con Valeria Sarmiento en el montaje. Tuvo, en cambio, a Michael J. Duthie, el montajista de Soldado universal y Londres bajo fuego. Con los años bromearía sobre su paso por EEUU: "Al fin conocí gente peor que Pinochet".
Ruiz era Ruiz y no hay nadie en el cine chileno que se le compare. Lo que sí hay son cineastas que empiezan a moverse con sorprendente soltura en el cine en inglés, dejando su huella en un terreno complicado y dando que hablar a las publicaciones anglo.
El caso más notorio es el de Pablo Larraín: el miércoles se conoció el primer trailer de Jackie, su primera película en inglés, estrenada en el Festival Venecia con grandes críticas . Es protagonizada por Natalie Portman como Jacqueline Kennedy y la sinopsis, que tiene pocas palabras y bastante música, cierra así: "A Pablo Larraín film".
Dos días antes del lanzamiento, el diario especializado Variety anunciaba que la canadiense Rachel McAdams (Spotlight) se suma al elenco de Disobedience, el debut angloparlante del director chileno Sebastián Lelio (Gloria). La producción, como confirmó el realizador el año pasado a La Tercera, será protagonizada por Rachel Weisz (El jardinero fiel) y el rodaje comenzará en enero de 2017.
En paralelo, Sebastián Silva (La nana) prepara Captain dad, donde vuelve a trabajar con Michael Cera tras Crystal Fairy y el cactus mágico y Magic magic, y en la que además cuenta con Catherine Keener (¿Quieres ser John Malkovich?). A última hora, eso sí, se produjo la inesperada baja de su protagonista, Will Ferrell, y se busca un reemplazante. Se trata de la producción más costosa del director y cuenta la historia de un padre que va con su familia de vacaciones al Caribe. En medio del viaje, todo comienza a salir mal.
Pero, ¿dónde, cómo y cuándo comenzaron estos cineastas a llamar la atención del cine hablado en inglés? Básicamente, la vitrina son los festivales de cine. En particular Cannes, Berlín y Sundance. Quien empezó fue Silva (1979), el más joven del trío: en 2009 triunfó en Sundance con La nana y cuatro años después rodó casi al mismo tiempo Magic magic y Crystal fairy. El año pasado siguió con Guagua cochina, comedia neoyorquina con la actriz y comediante Kristen Wiig (Ghostbusters).
Sin embargo, el caso más sobresaliente a estas alturas es el de Pablo Larraín (1976), que este año estrenó Neruda en Cannes y Jackie en Venecia, siendo la segunda ganadora del Premio a Mejor Guión (para Noah Oppenheim). Consolidó, así, su lugar como favorito de la crítica internacional.
El martes, sin ir más lejos, CinemaChile dio a conocer que Variety le concederá el premio a Mejor Director Internacional del Año en el marco del próximo Festival de Mill Valley. Se trata de una distinción sintomática de parte del medio escrito más influyente de Hollywood, justo cuando las opciones al Oscar de Jackie se multiplican.
La cinta sobre los tres días de duelo de la Primera Dama más glamorosa de EEUU tras el asesinato de John F. Kennedy, se perfila desde su estreno en Venecia como muy probable nominada al Oscar a Mejor Actriz por la labor de Natalie Portman. Sin embargo, medios como The Hollywood Reporter también la consideran una eventual postulante a Mejor Guión y Mejor Director.
La atención puesta en el realizador chileno es progresiva y mañana, por ejemplo, Variety publicará un artículo dedicado a su obra. La semana será coronada el domingo 16, cuando se le entregue el reconocimiento correspondiente en Mill Valley, uno de los muchos festivales de la Costa Oeste al que los miembros de la Academia de Hollywood asisten para ver las películas en la carrera por los premios de la temporada. Durante estas semanas, además, se desarrolla el Festival de Nueva York, igualmente relevante al momento de captar votos al Oscar: ahí se dio Neruda y ahí se espera a Jackie para este jueves. Será, después de todo, el debut estadounidense antes de su estreno comercial, previsto para el 2 de diciembre. En Chile, el filme llegará antes del Oscar, que se entrega el 26 de febrero.
La importancia de la plataforma de festivales en la carrera de Pablo Larraín es evidente. Tras el mal paso que fue su ópera prima (Fuga, 2006), el director encontró la horma de su zapato en Tony Manero (2008), que sobresalió en Cannes. Luego vinieron las buenas recepciones a Post-Mortem en Venecia 2010, a No en Cannes 2012 (nominada al Oscar extranjero en 2013) y a El club en Berlín 2015, donde obtuvo el Gran Premio del Jurado.
"En Cannes, Berlín, Sundance y Toronto nuestros directores se han abierto espacio y ganado reconocimiento, lo que está directamente ligado a su vinculación creativa y comercial con el mercado norteamericano", dice Constanza Arena, directora ejecutiva de CinemaChile, agencia que promueve la producción local en el extranjero. Y, ahondando en la habilidad de Larraín para moverse en territorio internacional, agrega: "El comprende cómo funciona la máquina cinematográfica. Combina su fuerte estilo autoral con los códigos de una industria que mueve millones. Además, ha establecido alianzas de trabajo muy fructíferas con otros grandes talentos, como Gael García Bernal".
Lelio en Londres
Más silenciosamente se mueve Sebastián Lelio (1974), que logró una gran exposición a partir de Gloria (2013), ganadora del Premio a Mejor Actriz para Paulina García en la Berlinale. Actualmente, monta su largometraje Una mujer fantástica (con Daniela Vega y Francisco Reyes) y se prepara para rodar en enero Disobedience en Gran Bretaña. Se trata de una película de Film4 protagonizada y producida por Rachel Weisz. Basada en una novela de Naomi Alderman, retrata a dos mujeres de una comunidad judía ortodoxa de Londres que se reencuentran después de muchos años.
Aunque Lelio prefiere no hablar por ahora de su próxima cinta, tiene palabras para la exposición internacional de los cineastas chilenos: "Lo importante es expandir los límites de lo que creemos posible en todas las áreas de la vida. Es inspirador vivirlo en uno mismo y es inspirador verlo en los demás. Lo que está ocurriendo es producto de años de trabajo, de tenacidad y de mucha hambre de cine. Si Chile ha tenido poesía, música, teatro, pintura de nivel internacional, ¿por qué no puede ocurrir lo mismo con el cine? Hay ejemplos en el pasado, los hay en el presente y confío en que los habrá en el futuro". Sobre los hermanos Larraín, productores de Gloria, afirma: "Todo lo que están viviendo es tremendamente merecido y es emocionante haber seguido de cerca su proceso. Lo importante es hacer películas que tengan fuerza, aquí o en la quebrá del ají. El mayor premio para un cineasta es poder seguir filmando".
Los caminos del cine chileno, o de cierto cine chileno, para ser justos, confluyen. No hay que olvidar que Rachel Weisz, la nueva actriz de Lelio, iba a ser la protagonista de Jackie cuando era un proyecto del realizador Darren Aronofsky (El cisne negro). A la larga, terminó en manos de Pablo Larraín y Aronofsky la produjo, no sin antes facilitarle al chileno la participación de Natalie Portman.b
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