Colo Colo es víctima de sus errores y del genio de Villalobos
Deportes Iquique le propinó su segunda derrota en el Clausura a los albos. Un 3-2 que se selló en los descuentos con un golazo del ariete nortino.
Suazo, Paredes y Vecchio. Un trío lleno de talento. Colo Colo se jacta de tenerlo en su plantilla y, en el papel, tiene todos los argumentos para hacerlo. El fútbol, sin embargo, es mucho más que el aglutinamiento de talento individual. Hay que saber administrarlo, porque de lo contrario también hace ver mal al equipo.
Eso le pasó a los albos en varios pasajes del partido contra Deportes Iquique (en Copiapó), que terminó con la segunda derrota consecutiva de los pupilos de Héctor Tapia. Una caída por 3-2 que cala hondo en sus fanáticos y en el mismo plantel que se armó para pelearlo todo.
En varias jugadas, más que un diálogo futbolístico entre las tres figuras, parecía un choque de confusión. Bueno manejo de la pelota, pero en un metro cuadrado, no sirve de mucho. Al Cacique le faltó explosión en los primeros 45 minutos, lo que jugó en contra de su evidente dominio en la cancha.
Jaime Valdés, el otro "superclase" del conjunto popular fue más inteligente. Se alejó de ese triunvirato y se movió a libertad. Se vio mejor, aunque claro, su función es muy distinta a las de Suazo, Paredes y Vecchio. Como sea, Colo Colo tuvo la posesión de la pelota, pero con poca profundidad y poco desarrollo por las bandas, ya que el famoso trío centralizó casi todo el ataque.
Ese control, sin embargo, no se tradujo en grandes acciones de peligro. Un puntete de Paredes a las manos del portero Naranjo fue, quizás, lo más punzante de la primera mitad. Muy distinto a lo que pasó con Iquique, donde Rafael Caroca estuvo a punto de abrir la cuenta en dos ocasiones. Primero el palo y después las manos de Garcés evitaron el gol.
Se lesionó Esteban Pavez y Héctor Tapia, supuestamente luego de meditarlo bien, mandó a la cancha a Juan Delgado. Sí, al joven delantero. Es decir, Colo Colo se quedó sin su jugador rastrillo en el medioterreno. Y se notó de entrada. A los 47 minutos, Castro tomó la pelota en terreno propio, hizo una pared larga con Gómez y con una libertad sorprendente se metió al área y venció la portería blanca.
Con tanto espacio sin cubrir, la oncena de Tapia se veía mal. Tuvo la suerte, eso sí, de encontrarse rápido con el empate. Llegó a los 55', con una lucida de conexión entre Suazo y Paredes, que terminó con el primero empujándola al fondo de la red. Su primer tanto albo desde el 16 de diciembre de 2007, su revancha tras el penal errado en la primera fecha.
Pero ya está dicho. Colo Colo se veía mal y eso no cambió con la igualdad. Menos aún, si dos minutos después Martín Gómez batió por segunda vez a Garcés. Maldonado se vio muy lento para evitar el encuentro de Villalobos con el argentino.
Desesperado Tapia, envió a la cancha a Felipe Flores y sacó a Luis Pedro Figueroa. Todos adelante. ¿Mejoró el Cacique? No. Sin embargo, volvió a dar con el empate, tras un pase preciso de Vecchio y una definición notable de Paredes.
Iquique cometió el error de echarse para atrás, fiel a los principios de su entrenador, Nelson Acosta. Colo Colo, sin embargo, no supo llegar al triunfo, ni siquiera durante los minutos en que jugó con uno más, por la expulsión de Lazcano en el local. Rodrigo Naranjo se lució ante Flores y el mismo ariete se lo comió de manera increíble a los 88'.
Al colocolino le faltó toda la categoría que tuvo Villalobos en los descuentos, cuando cerró el partido con un golazo que sacó aplausos de pie. Un tanto que sentenció el triunfo de Iquique y la segunda derrota de Colo Colo en la misma cantidad de fechas del Clausura. Un resultado que deja al cuadro popular con aroma de crisis. El torneo recién empieza y la lucha por el título se ve muy de lejos.
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