Colombia se prepara para sellar la histórica paz con las Farc
El Presidente Juan Manuel Santos y Timochenko firmarán a las 19.00 horas de Chile el fin del conflicto armado en Colombia.
El presidente Juan Manuel Santos y el máximo líder de las FARC firmarán el lunes el acuerdo para poner fin a más de medio siglo de violencia en Colombia, que ahora tendrá el desafío de incorporar a los rebeldes a la vida civil mientras continúa su lucha contra el narcotráfico y el paramilitarismo.
En Cartagena, sede de la ceremonia que tendrá por protagonistas a Santos y al jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) Rodrigo Londoño, alias "Timochenko", algunas calles amanecieron cortadas y se incrementó la seguridad para proteger a los 15 mandatarios y decenas de personalidades de todo el mundo que asistirán al evento.
"Es un gran paso, importante", dijo el secretario de Estado estadounidense John Kerry. "Es una oportunidad maravillosa para los colombianos y los apoyamos plenamente", agregó antes de ingresar a una ceremonia litúrgica por la paz en la que estuvieron presentes Santos y la mayoría de los invitados especiales.
El acuerdo será rubricado ante unos 2.500 invitados a quienes se les pidió vestir de blanco como símbolo de paz en una jornada en la que también se rendirá homenaje a las víctimas del conflicto armado. El acto será a puertas cerradas, sin participación popular, aunque se espera que en todo el país se realicen fiestas. En las calles de Cartagena el ambiente es de expectación.
El 2 de octubre los colombianos tendrán la posibilidad de rechazar o avalar en un plebiscito el acuerdo que busca terminar con una guerra interna que dejó más de 220.000 muertos, miles de desaparecidos y millones de campesinos desplazados a las ciudades.
Durante una ceremonia litúrgica que contó con la mayoría de quienes participarán como testigos de la firma del pacto el cardenal Pietro Parolín reconoció el desafío por venir. "Todos los que estamos aquí somos conscientes de que estamos a final de una negociación y el inicio de un proceso que requiere de todos los colombianos", dijo.
Parolín destacó que el perdón y la reconciliación están en el centro de los valores cristianos. "La violencia y el conflicto son evitables", agregó el cardenal.
En la primera fila de la iglesia adornada con flores blancas estuvieron Santos, el mandatario cubano Raúl Castro -en cuyo país se realizaron por casi cuatro años las negociaciones entre el gobierno y las FARC- su colega chilena Michelle Bachelet y el rey emérito de España Juan Carlos.
Formalmente el camino que trajo a los colombianos a este punto comenzó a fines de 2012 cuando representantes de las FARC y el gobierno se sentaron a una mesa de diálogo inicialmente en Noruega y luego en Cuba. Sin embargo, Santos dijo la víspera que los primeros sondeos informales comenzaron al menos un par de años antes.
Durante la víspera, Santos destacó el camino que falta recorrer tras 52 años de conflicto armado. "Reconstruir un país que ha sido tan golpeado, que ha sufrido tanto durante tanto tiempo, no es algo que se puede hacer de la noche a la mañana", agregó Santos.
La rúbrica será realizada con un bolígrafo que las autoridades colombianas llaman "balígrafo", ya que fue hecho con una bala usada.
Según la última encuesta disponible 54% de los colombianos le dará su voto al "sí" en el plebiscito frente a un 34% del "no". El 12% de los consultados desconocía el tema o se abstuvo de responder, de acuerdo con el estudio realizado por la firma Cifras y Conceptos la semana pasada.
Para que el acuerdo de paz sea refrendado se necesitan poco más de 4,5 millones de votos de los 35 millones de ciudadanos aptos para sufragar.
"Yo estoy con la paz, ahora podemos reconciliarnos y si todos ponemos un granito de arena se puede llegar", dijo a The Associated Press Ruth Alarcón, una manicura de 42 años que vive en el poblado de Carmen de Bolívar, a 120 kilómetros de Cartagena.
Unas 500 personas se dieron cita a primera hora de la mañana en Cartagena para expresar su rechazo a los acuerdos de paz. La manifestación contó con la presencia del expresidente y mayor opositor al proceso ílvaro Uribe (2002-2010).
"Sí queremos paz pero no aceptamos ese acuerdo porque la guerrilla no se arrepiente de verdad. Al final la guerra va a seguir peor", se quejó Cristina Navarro, un ama de casa que acudió a la manifestación de paraguas rojos, amarillos y azules, los colores de la bandera de Colombia.
Las FARC, con 7.000 miembros, son la guerrilla en actividad más antigua de América Latina. El gobierno también realiza conversaciones para un desarme con el otro grupo rebelde que opera en el país, el Ejército de Liberación Nacional.
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