Columnistas españoles destacan la temporada de Bravo en Barcelona

Firmas del primer diario de la capital catalana y del digital más visitado en España, escriben para La Tercera del meta chileno y su importancia en el título de Liga.




De Viluco al Barça campeón
Por Enrique Marín, La Vanguardia

Aunque un año antes el Tata Martino también se interesó por Claudio Bravo para llevárselo con él al Barcelona, fue la llegada de Luis Enrique al banquillo del Camp Nou la que resultó decisiva para que el guardameta chileno se vistiera de azulgrana y recibiera al fin la atención que durante tantos años mereció, pero se le negó.

El club catalán ya había fichado al alemán Ter Stegen para cubrir la marcha de Víctor Valdés, pero al nuevo entrenador poco o nada le importó. Tampoco a Claudio, que se marchó de la Real Sociedad porque, además de no poder rechazar la oferta económica y deportiva del Barça, en San Sebastián tenía de todo, menos la ambición necesaria para seguir creciendo.

Después de haber descendido a Segunda división, regresar a Primera y disputar la Champions League, a Bravo le surgió la oportunidad de subir un peldaño más en su carrera e hizo las maletas con destino a Barcelona.

La competencia con Ter Stegen le sirvió para colocarse el primero en la línea de salida y ser el portero titular de la Liga, el primero de los tres títulos que puede ganar esta temporada el Barça, y una competición en la que, además, ganará el trofeo Zamora al portero menos goleado.

Sin embargo, el hecho de que el alemán fuera elegido por su entrenador para jugar la Champions y la Copa del Rey, va a impedir a Claudio estar en estas dos finales. Una pena, pues, aunque el alemán también ha rendido a un buen nivel, el chileno se merecía tanto o más disputarlas. Por algo es el portero titular, aunque no lleve el 1 a la espalda...

¡Bravo, Claudio!
Por Dagoberto Escorcia, El Confidencial

Claudio Bravo no lleva el 1 en la camiseta del Barcelona, pero desde el comienzo del campeonato español es el portero titular del equipo que hoy brinda y festeja por el título que se adjudicó el domingo en campo del Atlético. Bravo lleva el 13 a su espalda, un número que muchos porteros nunca quisieron porque se decía que llevaba la mala suerte incrustada. A Bravo, en cambio, el 13 es su número. Nació en Viluco, a 40 kilómetros de Santiago, el 13 de abril de 1983. A los 32 años, Bravo, uno de los pilares de la selección de Chile, está celebrando su mejor temporada. Ha ganado un título grande en un club grande.  "Cuando echo la vista atrás y recuerdo a Viluco, me llena de recuerdos gratos", dijo hace unos meses en una entrevista.

Bravo ha tenido una temporada excelente, en la que ha dado seguridad al equipo y, sobre todo, ha sido clave para evitar goles, como el penalti que le detuvo a Parejo (Valencia) y que habría puesto al Barça boca abajo en su campo hace unas jornadas. Contra el Atlético salvó un gol con un vuelo inmenso. Y hoy puede decir orgulloso que él se lleva el Trofeo Zamora, con 19 goles recibidos en 37 partidos, y en un total de 22 ha mantenido su portería a cero. De récord. Hoy nadie se acuerda del gran Víctor Valdés.

Por todo eso estaba tan feliz, como todos los barcelonistas, "Si crees en ti, todo es posible", colgó en instagram. Y añadió otro mensaje que sentirán los barcelonistas en el corazón: "Qué gran equipo. Orgulloso de ser parte de todo esto. Esfuerzo, sacrificio, coraje, trabajo, dedicación, convicción, huevos. Vamos carajo que nos quedan cosas por ganar. Muchas gracias a todos por tanto apoyo". Abrazado a Munir y Suárez. Abrazado por Mascherano, y entre Messi y Xavi, el gran capitán del Barça que se retira el próximo sábado.

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