Con un título sufrido Sampaoli anota otro capítulo en su gran historia azul
A diferencia del año pasado, el DT mantuvo varias diferencias con los dirigentes, en un semestre muy exigente para sus jugadores, que pudieron celebrar con el histórico tricampeonato.
En un año y medio, Jorge Sampaoli entró en la historia de Universidad de Chile. En 2011 ganó el primer título internacional del club con la Copa Sudamericana y con el Torneo de Apertura 2012 logró el primer tricampeonato en la historia de los azules. Este última campaña quizás fue la más complicada en lo personal para el DT, por las dudas respecto de su continuidad, los roces con Azul Azul (especialmente por los refuerzos) y sus reclamos contra la ANFP por la programación.
El año pasado, tras ganar el Apertura en la emocionante definición con Universidad Católica, y antes de quedar con la Sudamericana, Sampaoli firmó su renovación hasta 2013, en una clara señal de las buenas relaciones con el club.
Pero los problemas comenzaron al armar el plantel para pelear por la Copa Libertadores y el tricampeonato. La "U" perdió tres titulares: Marcos González, Gustavo Canales y Eduardo Vargas. De los siete refuerzos que llegaron sólo uno terminó como titular: Junior Fernandes. Al DT no le armaron el plantel que quería y eso obviamente no le gustó, porque debió improvisar algunos puestos, como el utilizar a Angelo Henríquez, que cumplió hace poco los 18 años, como centrodelantero.
Su poca confianza en las alternativas también provocó que exigiera al máximo a los titulares en ambas competencias, carga que aumentó con los compromisos de las Eliminatorias.
En el proceso, sufrió la amarga eliminación de la Libertadores en las semifinales ante Boca Juniors. Pese al golpe, en semifinales dio vuelta un 2-0 ante Colo Colo, y clasificó a la final tras ganar 4-0 en la vuelta.
Así enfrentó a O'Higgins. Así debió otra vez revertir una serie. Y así ganó el cuarto título que obtiene con la "U". Todo lo hizo anunciando públicamente que en varias oportunidades que tras el Apertura debía pensar muchas cosas y hablar con los dirigentes de su futuro. Ese día llegó y, como ya es un hábito, lo encontró con una copa en la mano.
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