Conductores de trenes en Suecia usan faldas

La compañia ferroviaria les prohíbe usar pantalones cortos a pesar de la ola de calor. Negarles el uso de un atuendo permitido a las mujeres, en cambio, sería visto como una medida discriminatoria.




Algunos conductores de trenes en Estocolmo, Suecia, comenzaron a usar faldas debido a una ola de calor. La compañía que los emplea les prohíbe usar shorts durante el verano.

Los trabajadores aseguran que no tienen otra opción que recurrir al uso de faldas, que describen como "mucho más cómodas que los pantalones".

Al menos doce conductores de trenes han decidido cambiar sus atuendos. Se trata de trabajadores de la línea Roslagsbanan, que circula en el norte de la capital sueca, y llevan vistiendo las faldas desde hace dos semanas.

La empresa no puede negarles el uso de faldas, porque prohibirles un atuendo permitido para las mujeres sería visto como un caso de discriminación.

Luz verde para la falda

La empresa ferroviaria Arriva prohibió a los conductores vestir pantalones cortos, después de asumir la gestión de la compañía el pasado mes de enero.

Pero la empresa ha dado luz verde al uso de faldas, según informa el periódico local Mitti.

"Nuestra lógica es que uno debe verse decente y adecuado al representar a Arriva, y los actuales uniformes consiguen este objetivo. Si el hombre quiere vestir una falda, no tenemos ningún problema", le dijo al diario Tomas Hedenius, director de comunicación de Arriva.

"Decirles que hicieran otra cosa sería discriminación".

El maquinista Martin Akersten le dijo a la BBC que él y sus colegas tuvieron la idea de vestir faldas cuando fueron informados del código de vestimenta de la empresa en invierno.

"Siempre dijimos que cuando llegara el verano, nos haríamos con unas faldas y las vestiríamos. Hace mucho calor y nos gustaría llevar pantalones cortos pero, si no podemos, tenemos faldas como alternativa cómoda".

Los conductores masculinos optaron por vestir faldas sólo los días que haga calor, y dejarán los pantalones para las jornadas más frescas.

"Los pasajeros se nos quedan mirando, pero hasta ahora nadie ha dicho nada, al menos no a mí. Y no me importa, por cuanto se trata de una cuestión de comodidad", añadió Akersten.

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