Continúan combates en el este de Ucrania pese al alto el fuego

Nuevos ataques de parte del Ejército ucraniano ponen en entredicho el ambicioso plan de paz del presidente Petro Poroshenko.




El ejército ucraniano seguía combatiendo hoy con rebeldes prorrusos en el este del país, ignorando un cese el fuego decretado unilateralmente por Kiev.

Estos nuevos ataques en el este de Ucrania ponen en entredicho el ambicioso plan de paz revelado el viernes por el presidente Petro Poroshenko, que cuenta con el apoyo de los países occidentales. 

Por su parte, Estados Unidos advirtió que no aceptará ni la presencia ni la intervención de tropas rusas en el este de Ucrania, después de que Rusia confirmara haber reforzado sus tropas en la frontera.

El presidente ruso Vladimir Putin anunció asimismo el sábado que puso a sus fuerzas armadas del centro del país en estado de alerta máxima, como parte de unos ejercicios militares ordenados desde este sábado hasta el 28 de junio.

"El plan de paz de Poroshenko no debe tener un carácter de ultimátum para los insurgentes", declaró el sábado Putin. "El plan propuesto, si no es seguido de efectos concretos en vista de la apertura de un diálogo, no será ni viable ni realista", añadió, al mismo tiempo que afirmó apoyar el principio del cese  el fuego.

"NO HAY ALTO AL FUEGO"

Ucrania denunció el sábado un ataque separatista contra guardias fronterizos en la región de Donestk, uno de los bastiones rebeldes, y aseguró que los guardias respondieron a un segundo ataque unos minutos después.

La guardia fronteriza ucraniana indicó que nueve soldados resultaron heridos.

Cerca de Slaviansk, los habitantes de un pequeño pueblo seguían escuchando disparos entre insurgentes y fuerzas gubernamentales el sábado.

"Escuchamos disparos anoche y esta mañana desde las 04H00 y continúan en este momento", afirmó a la AFP Lila Ivanovna, desde el pueblo de Andriivka,  cerca Slaviansk.

El nuevo mandatario ucraniano Petro Poroshenko había puntualizado el viernes que el cese el fuego unilateral "no significa que no responderemos en caso de agresión contra nuestras tropas". 

Paralelamente, el jefe del Estado Mayor ruso, Valeri Gerasimov, indicó que más de 65.000 soldados, 180 aviones y unos 60 helicópteros participarán en  ejercicios de tropas basadas en el Ural y en el oeste de Siberia, a 400 km de Ucrania.

Pero tanto Kiev como sus aliados occidentales estaban más preocupados por las nuevas tropas rusas presentes en la frontera.

"DESANIMAN LAS INICIATIVAS DE PAZ" 

"Este tipo de actividades militares no contribuyen a normalizar la situación en Ucrania y desaniman a nuestros líderes en implementar iniciativas  de paz", declaró en un comunicado el ministerio ucraniano de Asuntos Exteriores.

El portavoz de la cancillería, Ievgen Perebinis, dijo a la AFP que las maniobras militares en el centro de Rusia "sólo pueden causar preocupación si  tienen la más mínima relación con los últimos despliegues en la frontera".

El jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, denunció por su parte el sábado una "intensificación" de las operaciones ucranianas. 

"El hecho de que dicha operación antiterrorista (ucraniana) atraviese una intensificación, paralelamente al avance del plan de paz, es muy alarmante y  preocupante", declaró desde Arabia Saudita.

Rusia acusó a Ucrania de haber realizado un tiro de mortero desde su territorio contra un puesto fronterizo ruso, hiriendo a un aduanero. Moscú  pidió "una explicación y una disculpa", pero el ministerio ucraniano de Defensa negó haber usado morteros en esta región fronteriza.

El alto el fuego provisorio fue rechazado el viernes por los separatistas y Rusia.

Un dirigente de la república separatista autoproclamada de Lugansk, Valerii Bolotov, afirmó por su parte que "nadie dejará las armas mientras que las  tropas (gubernamentales ucranianas) no se retiren por completo de nuestro territorio".

Poroshenko ordenó el viernes un alto el fuego unilateral de una semana para permitir que los rebeldes prorrusos entreguen las armas y se aplique un plan de  paz en la región. 

Este plan estipula además el fin de la "ocupación ilegal" de edificios de la administración regional de Donetsk y de Lugansk controlados por los  rebeldes, una rápida organización de elecciones legislativas locales y un programa para la creación de empleos en la región.

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