Copiar y pegar en Chile

Los recientes casos de Justin Bieber y Kraftwerk vuelven a poner en jaque los límites de este recurso en la música. Una batalla que ha enfrentado a artistas chilenos con Jay-Z y Al Green.




Donde hay un hit hay una demanda. De un tiempo a esta parte, esa parece ser la máxima que impera en la industria musical, a partir de una oleada de mediáticas acciones legales entre artistas y sellos que ponen en jaque los cimientos del pop actual. La más reciente atacó al príncipe del género, Justin Bieber, demandado hace algunos días por la cantante indie White Hinterland, quien lo acusa -junto al productor Skrillex- de haber robado un loop vocal suyo en Sorry, uno de los mayores éxitos de la temporada. Bieber no es el único: la semana pasada, tras un proceso judicial de 19 años, la justicia alemana desestimó la acusación del grupo Kraftwerk contra la rapera germana Sabrina Setlur, por haber utilizado un fragmento de su canción Metall auf Metall en su tema Nur mir.

Ambos casos dejan en evidencia los vacíos legales que existen en torno al sampling, como se conoce a la técnica de tomar un extracto de una canción ajena y usarla para una nueva. Un recurso que nació hace cuatro décadas, con el surgimiento del rap, pero que a partir de la caída en la venta de discos, los avances tecnológicos y una regulación ambigua sobre el tema en cada país, se ha ido transformando en una nueva mina de oro para autores, editoriales y cientos de abogados dedicados a pesquisar cualquier potencial infracción a los derechos de autor.

No por nada, buena parte de estos casos han apuntado a los grandes éxitos del mundo anglo, como sucedió el año pasado con el dictamen  que obligó a Pharrell Williams y Robin Thicke a pagar US$ 7.4 millones a la familia de Marvin Gaye, por haber plagiado un tema de éste en Blurred lines, el gran himno bailable de 2013.

No hay derecho

Pese a que se ha concentrado en la industria del primer mundo, la guerra por el sampleo acumula más de algún capítulo chileno. Y aunque hasta ahora no hay registros de acciones judiciales de este tipo entre dos artistas, sí existen diversos casos que han enfrentado a músicos locales con autores y compañías anglo.

Emblemático es lo ocurrido en 1997 con El juego verdadero, el primer gran éxito de Tiro de Gracia y, para muchos, el tema que le dio visibilidad masiva a un hip hop criollo hasta entonces confinado al under. Hasta hoy, el 70% de las regalías del gran himno del rap chileno son para Grover Washington Jr., autor del tema ganador del Grammy Just the two of us (1981), sobre cuya base melódica se armó la canción del trío. "Nos jugó en contra que Will Smith sacó al mismo tiempo una canción que usaba el mismo sample, hizo más difícil la negociación", cuenta Patricio Loaiza, productor musical del álbum Ser hümano!!

Para su siguiente disco, Decisión (1999), el grupo de hip hop usó un extracto de Free at last (1973), del ídolo del R&B Al Green, en la canción Dueño del mundo. "Le avisé a EMI que lo había sampleado y se contactaron con su equipo. Tiempo después, Al Green encontró que la letra no iba con sus creencias religiosas, así que la canción sólo salió en la edición chilena del disco y no para el resto de Latinoamérica", cuenta DJ Raff, ex colaborador y productor del grupo, quien también ha enfrentado conflictos de esta naturaleza como solista.

Ocurrió con Latino & proud, pieza de 2005 que alcanzó notoriedad global hace tres años, luego que la popular serie estadounidense Broad city la usara como tema central. "Usé un scratch con la voz de un rapero llamado Felt. Como no lo declaré, antes de demandar, Rhino, su sello, se entendió con el mío, Nacional Records y llegaron a un acuerdo", cuenta.

La problemática ha llevado a los músicos a tomar resguardos y buscar otras soluciones. De hecho, son pocos los que a estas alturas utilizan fragmentos extensos de composiciones ajenas. Bitman y Roban, dúo chileno que usó el recurso como eje de su propuesta -sus dos primeros discos se titulan Hurtos y Robar es natural-,  decidió parar en 2006 justamente por los líos que éste les generaba. Tras diez años, este viernes lanzarán No hay derecho, un nuevo EP "en el que volvemos a samplear, y como no podemos venderlo lo vamos a regalar", adelanta Latin Bitman.

Claro que también han habido historias favorables, como el acuerdo que sellaron dos nombres en el papel muy distantes: Germaín de la Fuente y Jay-Z. En 2003, la histórica voz de Los Angeles Negros -quienes han sido sampleados por artistas como Beastie Boys y Cypress Hill- recibió cerca de 25 mil dólares por parte del marido de Beyoncé y principal referente del hip hop de EE.UU., luego que éste usara un fragmento de Tú y tu mirar, yo y mi canción (1969) en su tema My first song.

"Por ese entonces no sabía quién era él, después me enteré y fue más que una sorpresa agradable porque me generó una suma importante de regalías", cuenta el cantante, quien usó el dinero para instalar un restaurante en el centro de Santiago, el que terminó vendiendo poco después.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.