Corte Suprema de Honduras rechaza gestión de Insulza para restituir a Zelaya

<p>El secretario general de la OEA se reunió con el presidente de la Alta Corte quien le dijo que existe una orden de captura contra el depuesto Mandatario.</p>




El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, comenzó a gestionar hoy de manera directa la restitución de Manuel Zelaya como Presidente de Honduras pese a la firme negativa del gobierno designado de Roberto Micheletti de permitirlo.

Insulza tuvo su primer encuentro con el presidente de la Corte Suprema, Jorge Rivera, a quien le informó del mandato de la OEA y de inmediato se dirigió a la sede local del organismo hemisférico para reunirse con líderes de organizaciones sociales.

"Insulza pidió que Honduras restituya en la presidencia a Zelaya, pero el presidente de la Corte le contestó contundentemente que hay una orden de capturarlo", dijo en una conferencia de prensa el vocero del tribunal, Danilo Izaguirre.

Añadió que el presidente de la Corte le presentó la documentación legal que sustentó la expulsión de Zelaya, quien prepararía su retorno al país para el domingo.

El secretario general de la OEA, que no ha hecho comentarios a la prensa, llegó al país poco después de que Tegucigalpa vivió nuevas protestas a favor de ambas partes.

El nuevo canciller Enrique Ortez dijo que están "satisfechos" con la visita de Insulza y que habían dado instrucciones para que se le abrieran las puertas, aunque no se tenía previsto ningún encuentro con Micheletti.

"Si lo estima oportuno, podrá negociar con nosotros, pero nuestra soberanía no se negociará jamás... Insulza puede negociar todo lo que quiera, menos la situación de Zelaya", dijo en rueda de prensa.

Zelaya fue depuesto el 28 de junio por las fuerzas armadas en medio de un rechazo de los otros poderes a una "consulta popular" que había convocado para ese día por considerar que la usaría para reelegirse pese a estar prohibido en la Constitución.

El Presidente nicaragüense Daniel Ortega dijo que habló con Zelaya, quien le dijo que el domingo regresaría a Honduras, una vez que Insulza haya presentado un informe sobre su visita a Tegucigalpa.

Miles de simpatizantes de Zelaya marcharon para pedir el retorno del mandatario depuesto, mientras alzaban pancartas con leyendas como "No al golpe, sí a la paz" y "queremos que regrese el legítimo presidente", al tiempo que gritaban consignas como "¡el pueblo, arrecho, exige su derecho".

En tanto, otros miles más de seguidores de Micheletti se congregaron fuera de la casa presidencial, desde donde el mandatario designado les pidió "decirle al mundo que aquí no hubo golpe de Estado".

Entre gritos de apoyo, le dio la bienvenida a Insulza y le envío un mensaje "somos pacíficos, venga a enterarse de lo que aquí pasa".

Insulza dijo ayer que llegaría a Honduras a hacer todo lo posible, aunque advirtió que "será muy difícil cambiar las cosas en un par de días".

Ayer  Micheletti dijo no tener "ninguna objeción" en adelantar las elecciones generales de noviembre como una salida a la crisis que enfrenta Honduras por el derrocamiento de Zelaya.

El mandatario derrocado ha sido advertido que de pisar suelo hondureño será detenido de inmediato para ser juzgado por varios delitos como traición a la patria, atentar contra la forma de gobierno democrático, abuso de autoridad, usurpación de funciones públicas y desobediencia a la Constitución.

Mientras, la Interpol aseguró el viernes que no ha recibido en sus oficinas centrales de Francia alguna solicitud con miras a la detención de Zelaya, como afirmó esta semana la fiscalía hondureña.

La Interpol señaló, además, que está impedida de publicar notificaciones para aprehender a algún mandatario, salvo que sea a petición de un tribunal internacional.

La comunidad internacional ha dado su respaldo a Zelaya después de varias reuniones regionales.

El lunes se reunieron líderes latinoamericanos en Nicaragua, donde se tomaron algunas medidas, incluida la determinación de Guatemala, Nicaragua y El Salvador de cerrar sus fronteras terrestres por 48 horas, que ya se cumplieron y comenzó a provocar diferencias de opinión.

El ministro costarricense de Comercio Exterior, Marco Vinicio Ruiz, dijo el viernes que el cierre de fronteras no se debería de repetir por el bien de la integración centroamericana.

"No apoyamos lo sucedido en Honduras; un golpe de Estado nunca es la solución a los problemas, no obstante lo que condenamos es mezclar un problema político con el libre comercio que se vive en la región", señaló en rueda de prensa.

Mientras, la ministra de Finanzas del gobierno depuesto, Rebeca Santos, dijo en Chile que el golpe de Estado ya ha dañado la economía hondureña, con la decisión de los bancos Mundial e Interamericano de Desarrollo de congelar recursos por entre 300 y 450 millones de dólares, lo cual se podría traducir en más pobreza y una profundización de los efectos de la crisis internacional.

MASIVAS MANIFESTACIONES
Mientras tanto, y en un clima de mayor agitación en las calles que en días anteriores, miles de seguidores y detractores de Zelaya se congregaron en sendas manifestaciones multitudinarias.

Cada uno de los grupos logró juntar a entre 10.000 y 15.000 personas para tomar las calles de forma pacífica, en la primera jornada en que ambos bandos han sido capaces de convocar en masa a la población.

Hasta hoy, los seguidores de Zelaya sólo habían congregado a unos centenares de seguidores, mientras que los partidarios del nuevo Gobierno habían reunido a unas 5.000 personas el martes.

Frente a la Casa Presidencial, con carteles de apoyo al presidente y lemas como "estamos con la paz y la democracia", y "viva la constitución", Micheletti encabezó la movilización de los detractores de Zelaya.

"Esto no es un golpe, esto no es un golpe", gritó Micheletti con el resto de manifestantes, a los que agradeció su apoyo a la "sucesión constitucional" que, según mantiene desde el domingo, tiene lugar en el país.

Los seguidores de Zelaya marcharon por las calles muy cerca de la sede de Gobierno, pero evitaron a la otra manifestación y de manera pacífica se dirigieron hacia la sede de la OEA para apoyar a los gremios y organizaciones que tienen previsto reunirse hoy con Insulza.

Allí aguardaron con pancartas en las que se podía leer "Queremos a Mel (Zelaya) ya", "Gorilas retírense del poder" y "Bienvenido Insulza, gracias por restituir a Mel como presidente".

Paralelamente, la premio Nobel de la Paz 1992, Rigoberta Menchú, llegó hoy a Tegucigalpa para acompañar a las organizaciones defensoras de los derechos humanos de Honduras.

A su llegada señaló que espera estar "el tiempo suficiente" en el país y que está abierta a conversar "con todos los que se acerquen", aunque evitó dar más detalles hasta que sostenga alguna entrevista con interlocutores que no precisó.

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