Crece debate entre iglesias en torno a la legislación de uniones homosexuales
El presidente de la Mesa Ampliada de la Iglesia evangélica señaló que el objetivo del matrimonio es "procrear", mientras que el obispo católico Juan Ignacio González, dijo que esta iniciativa es una "esquizofrenia".
Las iglesias católica y evangélica cuestionaron hoy la posibilidad de que el Congreso chileno apruebe el matrimonio entre personas del mismo sexo, como defendió hoy el movimiento homosexual.
"Lo que se quiere hacer es una aberración. Es una esquizofrenia. Uno de los graves problemas sociales es la destrucción de la familia", opinó el obispo Juan Ignacio González, cercano al Opus Dei.
La postura fue respaldada por el presidente de la Mesa Ampliada de la Iglesia evangélica, el obispo Emiliano Soto.
"Una de las líneas de acción del matrimonio, desde el punto bíblico, es justamente procrear. La zoología dice que dos leonas no pueden procrear, dos gatos tampoco, y desde ese aspecto se equivoca el concepto de matrimonio", planteó.
Desde la vereda opuesta, el presidente del Movimiento de Liberación Homosexual, Rolando Jiménez, dijo que la Iglesia católica no tiene moral para criticar el matrimonio homosexual.
"La Iglesia tuvo durante tres años conocimiento de los abusos sexuales del padre (Fernando) Karadima y no fue capaz de llevarlo a tribunales", dijo Jiménez en relación a denuncias hechas contra el citado cura, mentor espiritual de cinco obispos católicos.
El obispo González, quien pidió investigar las denuncias de pedofilia, alegó que "por razones de orden político se puede hacer un mal que dure muchos años", si se aprueba el matrimonio homosexual.
"Hay que aceptar que el matrimonio es entre un hombre y una mujer" y "lo otro es contrario al bien común en cualquier sociedad", insistió el prelado.
El presidente del Movimiento de Liberación Homosexual criticó a su vez que el cardenal Francisco Javier Errázuriz rechazara las uniones homosexuales, calificándolas de "aberraciones".
"Su opinión da cuenta de lo violenta y grotesca que es la postura de las jerarquías de la Iglesia católica chilena y mundial, cuando señala que la orientación sexual del diez por ciento de la población del mundo y de Chile es una aberración", manifestó.
Al respecto, el obispo evangélico Emiliano Soto también marcó distancia con las palabras del cardenal católico. "No fueron las expresiones más adecuadas", opinó.
El conflicto, que evoca la disputa por la aprobación del divorcio hace unos años atrás, estalló luego que el senador Fulvio Rossi dijera que presentara un proyecto para legalizar los matrimonios homosexuales.
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