Cristián Larroulet: "Veo al gobierno trabajando por el fracaso de la Ley de Lobby"
El ex titular de la Segpres insiste en sus críticas. Dice que le parece extraño que a pocas horas de que entrara en vigencia la normativa surgieran tantos reparos.
Después de 10 años de discusión, incluyendo una anterior reforma que no fructificó por falta de piso político, a Cristián Larroulet le correspondió firmar la Ley de Lobby. Sin embargo, la idea de legislar sobre esta materia fue iniciada por Ricardo Lagos y continuada por Michelle Bachelet y Sebastián Piñera. A juicio de Larroulet, los temas de transparencia deben ser una política de Estado. En esa línea, critica la actitud asumida por algunos en el Ejecutivo.
Usted dijo que hasta último minuto algunos iban a intentar que no haya Ley de Lobby...
Lo ocurrido esta semana valida una realidad y esa realidad es que hay muchos sectores que se han opuesto sistemáticamente a que haya una legislación que regule el lobby. Yo recuerdo una frase del entonces diputado Jorge Burgos, que decía que el lobby mató a la ley de lobby. Recordémonos que esta es una legislación que se viene discutiendo en Chile durante diez años, y siempre ha habido argumentos para oponerse. Eso lo hemos visto la última semana.
¿A quién está apuntado específicamente?
En esto siempre hay personas o grupos a los que no les gusta la transparencia.
¿Se oponen porque no les gusta esta ley o porque derechamente no les gusta que los regulen?
Hay dos motivaciones: Una, porque prefieren que no haya transparencia en esta actividad. Y, en segundo lugar, otras que tienen una profunda equivocación, porque creen que el modelo es, a diferencia del que estamos aplicando nosotros, poner énfasis en los sujetos activos, es decir, las empresas lobistas. Pero ese modelo ha sido un fracaso. La Contraloría acaba de hacer un seminario trayendo de invitado extranjero al contralor de Perú. Y nos produjo gran impacto a todos, cuando contó que sólo habían seis empresas de lobby registradas en Perú. Él mismo reconoció que la legislación era un fracaso. La legislación chilena es al revés. Por eso ha sido valorada por la OCDE. Porque es una legislación simple. Vamos a tener registrados a todos los lobistas de una manera automática, gracias a la obligación de los funcionarios públicos de dar a conocer a quiénes recibieron para defender un interés.
El gobierno ya ha mostrado interés en modificar la Ley del Lobby en circunstancias que ni siquiera ha entrado en vigencia.
Me extraña la actitud del gobierno. Las leyes de transparencia siempre han sido leyes de política de Estado. Le tocó al ministro Viera-Gallo, me tocó seguir a mí, y por eso me extraña la actitud que ha tenido el actual gobierno. Encuentro que no se preparó lo suficiente para la incorporación de esta ley. Y más que trabajar por el éxito de la ley, veo al gobierno trabajando por el fracaso de la Ley de Lobby. Afortunadamente, hay un respaldo ciudadano y de la sociedad civil que está muy comprometida con esta ley. En consecuencia, todos los intentos de desnaturalizar la ley, que fue aprobada, estoy seguro que van a fracasar, como acaban de fracasar en estos días.
¿Y en el caso de los embajadores se justifica un ajuste?
La ley es muy simple y sabia. No le obliga al embajador informar de materias relacionadas con su función de proteger los derechos de Chile, cosas relacionadas con la seguridad nacional o de interés público. La ley expresamente señala que pueden no colocarlo en la agenda pública, pero sí informar reservadamente a la Contraloría. Es raro que en las últimas horas, antes de que entre en vigencia la ley, se esté planteando este problema.
Algunos creen que la Ley de lobby está muy vinculada al tema del financiamiento de la política...
Se están confundiendo las cosas. En esencia, la legislación de lobby tiene que ser una legislación de transparencia. Otra cosa es regular el financiamiento de la política. Es otra discusión.
Pero en el caso de financiamiento político, ¿es necesario transparentar aportes privados?
El país hizo un acuerdo el 2003. Ese acuerdo surgió de un trabajo técnico, en el que me tocó participar, donde vimos experiencias y se trajeron a los mejores expertos. Me parece que lo hay que hacer es una evaluación de esa ley, pero no precipitadamente por un caso. Sigo pensando que el mecanismo que hay, que se puede perfeccionar, fue una buena propuesta con tres categorías de donaciones: la transparente, la reservada y la secreta. Cada una con distinto monto.
¿No queda coja una ley que transparenta la acción de lobistas y, por otro lado, no se transparenta si esos grupos de interés financian campañas?
Si hay un aporte significativo tiene que ser completamente transparente. Pero con esta ley, el lobby va a ser transparente, y uno va a saber, con aporte o sin aporte, si hubo influencia.
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