Cristóbal Tapia: el compositor chileno que musicaliza las series británicas de culto
Radicado en Canadá, se ha hecho un nombre en la industria gracias a su labor en Utopia y Humans.
En noviembre de 2013, al entregarle el galardón a Mejor Música Original por su trabajo en la serie Utopia, el jurado de los Craft & Design Awards, de la Royal Television Society, leyó una de las más acertadas descripciones a la fecha para el inusual y aplaudido trabajo de Cristóbal Tapia de Veer. "Su música es distinta a cualquier otra cosa que se haya escuchado antes, se siente como si sonara dentro de tu cabeza", argumentaron.
Fue el primer reconocimiento de una ascendente carrera que, casi cuatro años después, tiene al músico de origen chileno como uno de los compositores para televisión más destacados de la actualidad, gracias a un trabajo distintivo y experimental que ha encontrado su lugar en celebradas producciones para la pantalla chica, como las inglesas Humans y National treasure. En éstas, el compositor -conocido bajo el nombre artístico de Cristo- ha desplegado una propuesta en la que predominan los pasajes ominosos e inquietantes, lejanos a las convenciones del rubro.
"Paso mucho tiempo buscando sonidos que me sorprendan, que me inspiren algo y que le den sentido a las melodías. Es como descubrir un instrumento desconocido de un país extraño y, de paso, es como encontrarse a uno mismo también", cuenta el músico de 43 años a La Tercera, en un español dificultoso y desde Canadá, el país donde vive desde fines de los años 80, luego que escapara junto a su madre de la dictadura de Pinochet. Tras casi tres décadas instalado en Norteamérica y después de probar suerte en diversos ámbitos de la música, Tapia llegó casi por casualidad al mundo de los "score", como se conoce en inglés a la música original para cine y televisión, y donde hoy figura como uno de los nombres de moda.
Sin ir más lejos, sólo durante el último año se estrenaron tres producciones que cuentan con su sello musical: la mencionada National treasure, miniserie de Channel 4 sobre un comediante acusado de haber violado a una adolescente, con la que el chileno ganó un premio FIPA y acaba de ser nominado a los BAFTA, los Oscar de la industria inglesa. También The girl with all the gifts, un drama posapocalíptico británico -y el debut de Tapia en el cine- además de Dirk Gently's holistic detective agency, serie de Netflix y la BBC protagonizada por Elijah Wood, que en tono absurdo cuenta las desventuras de una pareja de detectives.
"Me interesan temas más oscuros, historias que se hagan preguntas sobre la humanidad y nuestro futuro", explica sobre los proyectos en los que se ha embarcado en el último tiempo, cuyas tramas complejas e inquietantes llegan a su clímax con las oscuras líneas de bajo y las voces fantasmales que ensambla Tapia, así como los sonidos que consigue a partir de trompetas hechas de intestinos de caballo y percusiones sobre estiércol de rinocerontes.
Cuestión de carácter
Si bien su actual trabajo mezcla las dos pasiones que tiene desde chico, la música y la experimentación científica, la carrera de Cristo pudo haber tenido otro destino.
En 2001, tras nueve años en el Conservatorio, dejó la música clásica y firmó contrato con el sello Warner junto a su banda de entonces, One Ton, recordada por su single Supersexworld, éxito de los ránkings de Canadá durante aquella temporada.
"Extraño improvisar con otros músicos y tocar en vivo, pero no me quita el sueño, lo que hago ahora no lo cambiaría por nada", aclara Tapia, que entró al mundo audiovisual con su trabajo para Utopia, serie de culto que Channel 4 estrenó en 2013, donde dejó en claro que lo suyo no sería "simple música orquestada para acentuar momentos", como hacen buena parte de sus colegas.
"Desde el principio traté de darle un color, algo especial a cada proyecto. La gente me llama por eso, para que le da un carácter a su serie", agrega el compositor, que negocia su participación en una nueva serie danesa para Netflix, al tiempo que desliza su intención de sumarse a algún proyecto en Chile, país que no visita hace siete años.
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