Cuatro décadas de Meryl

Este domingo, Meryl Streep caminará por decimonovena vez en la alfombra roja de los Oscar como nominada, justo cuando se cumplen cuatro décadas desde su primer papel profesional en las tablas.




Nueva York en 1975. La ciudad, más sucia, más peligrosa, en medio de una recesión donde encontrar trabajo era difícil. A la mayoría de los jóvenes estudiantes, como Meryl Streep, entonces de 26 años y recién salida del programa de teatro de Yale, se les decía que mejor buscaran trabajo en San Francisco o Washington, ya que en la Gran Manzana, muchos escenarios estaban cerrados. "Eso es lo que hizo la mayoría de mi clase", contó la actriz en una entrevista a la revista T de The New York Times, "Pero yo no me subí a ese bus".

Meryl Streep se quedó en Nueva York, y audicionó a la que sería la primera obra en la que participó como profesional.

La leyenda dice que llegó tarde Que inclusó hizo se demoró más de una hora, mientras Joseph Papp -en ese entonces director del Festival Shakespeare de Nueva York- la esperaba en el Teatro Público de la ciudad, quien luego de ver el potencial de la joven le dio un papel en la obra Trelawny of the wells, dirigida por Alfred Joseph Antoon.

Y fue así como el 15 de octubre de 1975, la que se convertiría cuatro décadas después en la actriz más aplaudida de su generación -con un récord de 19 nominaciones al Oscar, de los cuales ha ganado tres-, debutó por primera vez como actriz profesional en Broadway.

Streep siguió un par de años dedicada a las tablas; el mismo 1975  probó suerte en el cine, yendo a una audición con el mítico Dino de Laurentiis, para ser la heroína de una nueva King Kong. Pero el productor, al verla en pantalla -según lo que ha contado Streep en varias ocasiones-, dijo que la encontraba fea. El papel se lo quedó Jessica Lange.

Así que el debut fílmico llegó con un pequeño rol en 1977 en la película Julia. Y en 1978, con su segundo rol en cine, saltó al centro de las luces, en El francotirador de Michael Cimino, cinta por la que fue nominada a su primer Oscar como mejor actriz secundaria. Al año siguiente, Streep, convertida en la joven del momento en Hollywood, fue nominada otra vez, en la misma categoría, por interpretar a la ex esposa de Dustin Hoffman en Kramer contra Kramer. Desde entonces, Streep pareciera ser parte del elenco estable de los premios de la Academia, una hazaña no menor para una mujer de 65 años, en el siempre juvenil Hollywood.

Del drama al musical

El segundo Oscar llegó en 1982 con La decisión de Sofía, el inolvidable drama sobre una mujer polaca que debe decidir a cuál hijo salvar en el Holocausto. Los Globos de Oro, en tanto, ya sumaban cinco en esa época.

Durante los 80, la actriz estuvo en gran parte dedicada al drama, y también a formar una familia. En los comienzos de su carrera estaba emparejada con el actor de El francotirador y El Padrino, John Cazale, quien murió de cáncer en 1978. Seis meses después de el fallecimiento, Streep se casó con el escultor Don Gummer, con quien sigue emparejada hasta hoy; tienen cuatro hijos, incluyendo a las actrices Mamie (The good wife) y Grace (The newsroom).

En los 90, ya sin tanto que probar, comenzó a ampliarse cinematográficamente en más géneros: hizo comedia en La muerte le sienta bien (1992), acción en Río Salvaje  (1994), o romance en Los puentes de Madison (1995). Por este último rol, donde interpretó a Francesca, una mujer que inicia una relación extramarital con un fotógrafo que llega al condado de Madison, interpretado por Clint Eastwood, Streep fue nominada a los Oscar, los Globos de Oro y los SAG por Mejor actriz.

En la década de los 2000, la actriz simplemente se quedó con los roles de algunas de las cintas más importantes de la década: haciendo de la periodista Susan Sontag en El ladrón de orquídeas de 2002, o de una Señora Dalloway moderna en Las horas, y su incomparable papel de Miranda Priestley (o Anna Wintour), la editora de modas más feroz, en El diablo se vista a la moda (2006). Streep también ha hecho uso de sus dotes para el canto en A pairie home companion (2006), de Robert Altman, y como la actriz central, de jardinera y pelo alocado, en Mamma Mia! (2008), la exitosa versión fílmica del musical de Abba.

La década la cerró en alto, con más aplausos y más nominaciones por su rol de dura monja en La duda (2008) y reviviendo de manera increíble a la cocinera Julia Child en Julie and Julia (2009).

El tercer Oscar llegó en 2012, 29 años después de su último triunfo, gracias a su interpretación de la ex Primer Ministro Margaret Thatcher en La dama de hierro.

Este domingo, en los premios de la Academia, Streep compite como mejor actriz secundaria por En el bosque, donde interpreta a una bruja sacada de cuentos infantiles, y donde la actriz nuevamente canta. Si llega a ganar -cosa que es compleja ya que probablemente la estatuilla se la quedará Patricia Arquette por Boyhood-, Streep alcanzaría a la mítica actriz que tiene el récord de estatuillas: Katherine Hepburn, con cuatro Oscar.

Para los próximos meses, Streep ya tiene varios proyectos en distintas etapas de producción: en Ricki and the flash, que llegaría a los cines a mediados de años, la actriz es una mujer que deja a su familia para cumplir su sueño de ser una estrella de rock, pero que más tarde regresa a reasumir su rol de madre que ya estaba practicamente olvidado.

Y en Suffragette, junto a Carey Mulligan y Helena Bonham Carter, Streep será Emmeline Pankhurst, una de las mujeres que pelearon por el voto en Gran Bretaña a principios del siglo XX. Una pionera y una líder; el papel, le queda bien.

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