Cubanos podrán denunciar casos de corrupción de manera anónima

Nueva ley intenta frenar el fenómeno, que el Presidente Raúl Castro llamó "cáncer mortal".




Los cubanos podrán denunciar, de manera anónima, casos de corrupción o de uso impropio de fondos públicos ante la nueva Contraloría General de la República, cuya creación fue aprobada hace una semana por el Parlamento de la isla, según publicó hoy la prensa local.

El presidente de la comisión parlamentaria de Asuntos Constitucionales y Jurídicos, José Luis Toledo Santander, declaró al diario "Juventud Rebelde" que los denunciantes "tienen el derecho de interesar que su identidad permanezca en secreto, y de recibir protección para ella y sus familiares cuando lo requieran".

La nueva Contraloría, cuya creación fue anunciada por el presidente Raúl Castro en diciembre de 2008 y respaldada por los diputados en la sesión parlamentaria del 1 de agosto, dispondrá, según Toledo, de mayor rango y autoridad que el Ministerio de Auditoría y Control, que fue disuelto.

"La Contraloría es un órgano superior del Estado, de mayor jerarquía, supragubernamental. Es decir, estará por encima del Gobierno y eso le permitirá desempeñar sus funciones con mucha más autoridad", dijo el parlamentario.

El mismo Castro habló en el pasado de la corrupción como un "cáncer mortal" para la economía de Cuba, que actualmente atraviesa dificultades cada vez más visibles para la población en consonancia con la crisis económica mundial.

Toledo Santander habló de la corrupción como un "hongo que crece en la oscuridad" y estimó que "confrontarla debe ser un ejercicio permanente, constante y sistemático".

Según dijo, a partir del "periodo especial", la grave crisis económica que afectó a Cuba en los años 90, la sociedad "ha tenido que lidiar con necesidades económicas, más la crisis internacional y la globalización", lo cual ha conllevado "un problema serio".

Toledo afirmó que la apertura de la isla socialista a la inversión extranjera en la década pasada contribuyó a un incremento en la corrupción, junto a otros factores como la "pérdida de valores" ético-morales. "Son situaciones que han estado presentes en nuestra dinámica social y económica, con un nivel de incidencia, sin lugar a dudas", añadió.

El jurista insistió al mismo tiempo en la necesidad de continuar reforzando la institucionalidad del Estado, un tema al que se refiere con frecuencia el presidente Castro. Según dijo, cada cual debe desempeñarse "en el ámbito de competencia que le está atribuido" y debe existir "una organización clara de los órganos del Estado en aras de velar por la ley, cumplirla y hacerla cumplir".

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