David Pizarro se aburre y firma su finiquito
Tras un agitado día, que incluyó el paso por el Tribunal, el Fantasista renunció a Santiago Wanderers. El ajuste económico del club, que lo obligó a bajar su sueldo, tenía inquieto al volante.
El último día de David Pizarro en Santiago Wanderers comenzó cerca de las 8.30 horas. El volante le amargaba el desayuno a la dirigencia del club, a la que le insinuaba su intención de abandonar la entidad de Valparaíso.
El resto de la jornada fue igual de ajetreada. El Fantasista corrió de un lado para otro. Después de revelarles sus intenciones a los responsables del club de sus amores, tomó su vehículo y viajó a Santiago para comparecer ante el Tribunal de Disciplina, que lo había citado por las duras palabras que le dedicó a la dirigencia del fútbol en medio de la paralización convocada por el Sifup (una medida que también afectó al coquimbano Francisco Arrué).
"Este año me he enterado de las cosas que están pasando en Segunda División, Primera B e incluso en Primera División. Son situaciones que en 2016 no pueden ocurrir", sostuvo Pizarro al término de una asamblea. Y prosiguió: "Tuve la suerte de estar en ligas donde prácticamente funciona todo, entonces por qué no se puede hacer en nuestro país. Lo que refleja nuestra Selección no tiene nada que ver con lo que sucede en el Campeonato. Entonces, nosotros, como gremio, queremos que sea un buen espectáculo para la gente y el respeto. Somos profesionales y queremos ser tratados como tal". Los presidentes de Copiapó y San Felipe se sintieron aludidos por los ataques y presentaron una denuncia contra el futbolista. La acción lo exponía a castigos, más allá del compromiso gremial de retomar la medida de presión si alguno de sus afiliados es sancionado. El club había decidido no defenderlo. Cumplido el trámite, el jugador volvió al puerto.
Cerca de las 19 horas, Pizarro oficilizó el duro golpe para Wanderers. A esa hora, firmó el finiquito. El fin de la alianza con el equipo que lo formó. "No dio razones. Tenemos la impresión de que David tiene que haberlo pensado mucho", dice Manuel Bejide, vicepresidente del cuadro porteño.
Las causas de la determinación no son claras. Un escueto comunicado de Wanderers alude a motivos "netamente personales". Bejide apunta al descontento del Enano de la Providencia respecto del nuevo modelo de administración del club, que implica una considerable reducción de costos, aunque reconoce que accedió a renegociar su renta, que originalmente bordeaba los $25 millones. "David había manifestado ciertas diferencias respecto del proyecto en relación al que él había sido invitado. Es lo único objetivo que puedo mencionar, porque todo lo demás sería interpretar y es preferible esperar a que él hable y aclare todo", sostiene el dirigente.
Al jugador le complicaba también la imposibilidad de sumar minutos de manera constante. Las lesiones no le permitieron exhibir su mejor nivel y las críticas, poco a poco, lo fueron incomodando. "Sentía que no había rendido y no estaba acostumbrado a eso", dicen desde el camarín caturro.
Con el club, el volante había acordado extender su contrato hasta diciembre. El vínculo había vencido el 30 de junio. Con la nueva relación, además, garantizaba el pago de la diferencia salarial que se generó por la reformulación de los sueldos más altos en Valparaíso para darle viabilidad al proyecto deportivo. La dirigencia había interpretado ese pacto como una señal de cercanía. Pero se equivocó.
Sin embargo, hay otros aspectos que tienen molesto al ex jugador de Fiorentina. En la tensa jornada del lunes, en el marco de la decisión de deponer el paro convocado por el Sifup, Pizarro no compartió la actitud de sus compañeros. Es más, fue uno de los pocos capitanes de Primera División que se plegó a la postura de los equipos de la B y rechazó el preacuerdo que la mesa de Carlos Soto había suscrito con el directorio de Arturo Salah. La postura del volante llamó la atención, considerando su cercanía con el sindicato, con el que colaboró activamente mientras estuvo en Europa, pero reflejaba el perfil contestatario que había asumido.
Estaba aburrido. Ayer, después de un día que no le concedió respiro, tiró todo por la borda. Y dijo adiós
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