De fan y roadie a integrante estelar de Los Tres
Sebastián Cabib reemplazó al histórico guitarrista Angel Parra y el show de hoy es su gran prueba.
Aunque cualquier músico de cualquier banda célebre puede reportar interminables historias en su bitácora, hay una que de seguro sólo es propiedad de unos elegidos: haber tocado en todos los puestos posibles al interior de un conjunto. Convertirse en cantante, guitarrista, bajista, baterista y tecladista por al menos un par de noches.
Sebastián "Chiporro" Cabib (33) puede ostentar ese relato. Partió hace una década como bajista de Alvaro Henríquez; en 2006, ya con Los Tres reunidos, fichó como instrumentista invitado y se arrimó a los teclados y la segunda guitarra; un par de años después, cuando el baterista titular falló, tomó las baquetas y suplió la vacante; e incluso en 2012, en una gira sureña en que el propio Henríquez se resfrió, se plantó frente a todos para personificar al vocalista por un par de fechas e interpretar con decisión Amor violento o La espada y la pared. Y a fines del año pasado, cuando el histórico guitarrista Angel Parra renunció, en la última gran fractura de la agrupación, le pidieron que se calzara el instrumento para convertirse en integrante estelar y definitivo de la banda.
"Él ha hecho de todo en Los Tres, ha tocado todos los instrumentos y ha sido parche de todos sus miembros. Ahora le toca el gran momento", apuesta Pablo Rojahelis, uno de sus mejores amigos y compañero en la desaparecida banda Los Fraks, ante la presentación con que los hombres de La torre de Babel volverán esta noche al Festival de Viña, en su primer gran show sin Parra en sus filas.
Pero antes de rotar de manera frecuente al interior de Los Tres, "Chiporro" incluso cumplió otros requisitos de cualquier artista amante de las autobiografías con algo de leyenda: fue fan acérrimo y roadie riguroso. En el colegio De La Salle, de La Reina, formó a los 15 años su primer grupo junto al propio Rojahelis, bautizado como La Fuga y que intentaba imitar el patrón sonoro de Los Tres. "Eramos ultrafanáticos y los seguíamos a todos los shows", recuerda el ex compañero.
Ya en 2004, y mientras estudiaba Ingeniería en Sonido en la Universidad Vicente Pérez Rosales, escuchó en la radio Rock & Pop que Henríquez abría un concurso para encontrar bajista, con el plan de reclutarlo para que interpretara en vivo los temas de su recién estrenado debut en solitario. Era su gran oportunidad. "Era lo que soñó de cabro chico, como que siempre se había preparado para esto, por lo que se la jugó con todo", relata Rojahelis. En el casting, las pruebas establecían tocar un par de temas de Los Tres con Los Bunkers como banda de apoyo y responder intrincadas preguntas de trivia acerca del conjunto. "Chiporro" les ganó a todos y se quedo con el premio mayor.
A partir de ahí, ingresó al círculo íntimo de los penquistas y, aparte de interpretar algún rol más secundario en escena, empezó a ejercer la labor de asistente técnico. O sea, montar todos los instrumentos y preocuparse de que las peticiones de los músicos estuvieran en orden. "Es alguien que conoce toda nuestra interna y se sabe de memoria los temas del grupo. Por ahí no falla", dice Claudia Schlegel, mánager de la banda. De manera paralela, Cabib ha mantenido sus propios proyectos, como Chiporro o La bandita del domingo. Aunque su ascenso en Los Tres hoy lo tiene en sendas fotos promocionales al lado de Henríquez y "Titae" Lindl, aparte de ocupar un lugar protagónico en los conciertos previos a Viña 2014.
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