Descubren que la "calculadora más antigua del mundo" es aún más arcaica de lo que se creía
El misterioso "Mecanismo de Anticitera", adelantado 1.000 años a su época y diseñado para seguir el movimiento de los cuerpos celestes, podría tener una nueva fecha de construcción.
El enigma que envuelve al "Mecanismo de Anticitera", uno de los descubrimientos que más intrigas ha ofrecido en el último tiempo a los científicos, agrega una nueva clave a su historia, ya que un nuevo análisis realizado sugiere que el dispositivo astronómico es aún más antiguo que lo previsto en un principio.
Descubierto en un naufragio antiguo cerca de la isla de Creta en 1901, se cree que el mecanismo identificado como un reloj-calculadora probablemente fue empleado para predecir con exactitud los eclipses solares, lunares, posiciones de los planetas y demás astros, rastreando incluso las fechas de los Juegos Olímpicos, con una competencia de atletismo en Rodas.
Conocido también como "la primera computadora analógica de la historia", ha generado libros, documentales e investigaciones sobre su origen. Hasta hoy no se tiene certeza de cuándo fue construida o por quién, aunque hay algunas pistas: Se habla de las influencias en el diseño por parte de Arquímedes, Hiparco de Nicea o Posidonio.
En cuanto a su fecha de construcción, ha sido debatida varias veces. En 1970 se cifró la fecha en el año 87 a.c. y en 2006 se cambió a 100 y 150 a.c.
Sin embargo, un nuevo estudio amplía 50 años esa cifra. Los científicos James Evans de la Universidad Puget Sound de Washington y Christián C. Carman de la Universidad Nacional de Quilmes en Argentina, cifraron la fecha del calendario del misterioso dispositivo en 205 a.c., siete años después de la muerte de Arquímedes, analizando las inscripciones del dispositivo.
La investigación, publicada en el Archive for History of Exact Sciences asegura que las predicciones de eclipses utilizadas en la máquina no estaban basadas en trigonometría, pero sí en sistemas aritméticos babilónicos que fueron prestados por los griegos.
Asimismo, se cree que Arquímedes no fue el creador debido a la lejanía de su lugar de origen con el de las inscripciones encontradas en la máquina, y que el mecanismo ya era muy antiguo cuando el barco que lo transportaba se hundió, entre los años 85 y 60 antes de Cristo.
Fuente: LiveScience, New York Times
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