Dilma no logra acuerdo con gremios y sigue paro iniciado hace tres meses en Brasil
Las autoridades quieren descomprimir el conflicto ante la posibilidad de que afecte el desempeño del oficialista Partido de los Trabajadores (PT) en las elecciones de octubre.
El gobierno brasileño y los sindicatos que representan a los trabajadores del Estado no llegaron a un acuerdo en las negociaciones concluidas anoche y continúa en pie el paro acatado por cerca 350.000 empleados públicos iniciado hace tres meses.
Las autoridades quieren descomprimir el conflicto ante la posibilidad de que afecte el desempeño del oficialista Partido de los Trabajadores (PT) en las elecciones de octubre.
El secretario de trabajo del Ministerio de Planificación, Sergio Mendonca, declaró luego de recibir a los gremialistas que el gobierno no aceptó modificar el "parámetro de negociación" que fija un aumento del 15,8 % a ser pagado de forma escalonada hasta 2015.
Lo dijo luego del encuentro mantenido en Brasilia, en una negociación que es reveladora de la preocupación de la Presidenta Dilma Rousseff por conseguir el fin de una huelga que es la más seria en la última década y causó un enfrentamiento con sindicatos vinculados a su agrupación, el PT.
Una marcha se realizó la semana pasada en Brasilia donde hubo duras críticas contra Rousseff y en la que participaron gremios de la Central Unica de los Trabajadores (CUT) cuya dirigencia está afiliada al PT.
El gobierno, a través de sus ministros Gilberto Carvalho, secretario de la Presidencia, y José Eduardo Cardozo, de Justicia, pidieron a los sindicatos que se conduzcan con "equilibrio" y recordando que el país fue afectado por la crisis.
Incluso el ministro de Hacienda, Guido Mantega, advirtió hace una semana a los sindicatos por los efectos negativos que tendría aumentar los salarios cuando el Producto Bruto Interno creció sólo el 2,7% en 2011, puede crecer menos del 2% este año, según pronósticos privados. Pero los sindicatos no acataron los consejos de los ministros.
INICIOS
Hace tres meses los docentes universitarios de 57 casas de estudios iniciaron una huelga que por entonces parecía aislada, pero posteriormente se disparó una serie de paros que actualmente abarcan a más de 30 reparticiones públicas con cerca de un millón de afiliados, según una estimación publicada hoy por el diario Estado de Sao Paulo.
El fracaso de las negociaciones del sábado parecen indicar que el enfrentamiento entre las autoridades y los gremios puede prolongarse por más tiempo, pese a que Rousseff habría orientado a sus colaboradores para que se resuelva esta semana.
En tanto José Nilton Acosta, de la Confederación Nacional de Trabajadores del Servicio Público Federal, que negoció anoche con el Ministerio de Planificación, declaró que el incremento del 15,8% ofrecido por el gobierno "está abajo" de las expectativas de los empleados "porque está muy lejos de la corrección salarial" exigida.
El diario Folha de Sao Paulo publicó que la popularidad de Rousseff , "pese a seguir altísima" y en torno al 70%, ha mostrado una caída de 10 puntos en Sao Paulo y 6 puntos en Río de Janeiro, las dos principales capitales del país, lo cual al parecer es motivo del disgusto de la población con las dificultades que causa la huelga en la vida cotidiana.
La baja relativa observada en la popularidad presidencial en algunas metrópolis fue captada en las encuestas realizadas por institutos de opinión pública para medir las intenciones de voto en las elecciones municipales del 7 de octubre.
Esos comicios para alcaldes de 5.600 localidad son, en realidad, una evaluación indirecta de Rousseff al cumplir la primera mitad de su mandato.
La Jefa de Estado está interesada en que las huelgas no afecten el humor de los electores en vísperas de los comicios y mientras sus ministros negociaban con los sindicatos ella mantuvo conversaciones con el ex presidente Luiz Lula da Silva, líder del PT, para que éste facilite el diálogo con la CUT.
Para contentar a los dirigentes de la central petista CUT la presidenta planea anunciar la reducción de impuestos cobrados a los trabajadores, lo cual puede ser anunciado en setiembre, de acuerdo con un trascendido publicado hoy por Folha.
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