Director de programación de TVN: "Cuando asumimos la dirección del canal nos encontramos con pocos contenidos"
En su primera entrevista desde que asumió el cargo en agosto del año pasado, Nicolás Acuña habla de la crisis, bajos ratings y estrategias programáticas.
"Me siento con la misma energía que cuando entré al canal", dice Nicolás Acuña, sentado en su oficina de TVN, mientras toma un té. El cineasta y director de series como Los Archivos del Cardenal o Cárcel de mujeres, asumió en agosto pasado el cargo de director de programación del canal estatal, elegido por la directora ejecutiva Carmen Gloria López, con quien había trabajado en varias producciones de TV. Desde entonces, la nueva directiva de TVN ha tenido un traspié tras otro: teleseries que fracasan, cambios de horarios que empeoran la situación, la franja del prime que no alcanza a los cinco puntos y ratings históricamente bajos. Eso, sumado a que por primera vez TVN reportó pérdidas económicas en 10 años.
En medio del caos, y las críticas internas y externas, Acuña se ha mantenido silente. No había dado entrevistas hasta ahora, cuando ya hay programas creados en su gestión, como las teleseries Matriarcas y La poseída, más la miniserie Zamudio, para hablar por él.
Acuña no es el clásico ejecutivo de televisión, aunque llevaba años trabajando con TVN desde la vereda de la producción independiente. Acuña nació en Chile, fue exiliado con sus padres en Suecia siendo niño, volvió, estuvo en el colegio Latinoamericano, militó en el Partido Socialista entre los 13 y los 17 años, cuando toda su generación se movilizaba ante el horror del caso degollados. Luego partió a estudiar cine a Buenos Aires, para volver a fines de los 90 a hacer películas y, luego, dirigir televisión. No es un animal de tele, sino más bien, un hombre que viene de la vereda creativa, a cargo de un rol que aveces es visto como "fusible", en la industria: el responsable de mostrar, mover, sacar, lucir o hacer fracasar, a los contenidos de un canal.
Cuando Carmen Gloria López le ofreció el cargo, ¿le interesaba ser ejecutivo de televisión?
Yo hace 20 años trabajaba con TVN. Siempre me interesó mucho lo que pasara con este canal. Siempre me ha interesado mucho la televisión como un medio, en mi bicho más político siempre participé en asociaciones gremiales. Esta posibilidad me tocó en un momento importante en mi carrera como director, poder hacer TV no sólo para Chile sino a nivel regional con Sitiados. Lo pensé mucho, pero no era que no me interesara, al contrario. Me interesa ser director de programación en un momento muy relevante para la TV chilena, por el cambio de las audiencias, por el momento del país, la nueva ley de TV digital. Me pareció un momento donde podía aportar.
Llegó al cargo en agosto, cuando el puesto llevaba vacante ocho meses. ¿Qué consecuencias tuvo eso?
Tener que implementar muchas cosas rápidamente. Efectivamente había un vacío de poder que había que llenar y a lo mejor tuve menos tiempo en la evaluación y análisis y empezar a ejecutar decisiones.
El año pasado, estrenaron dos teleseries a las que les fue mal. Y se decidió mover la teleserie de las 20 horas, terminando con una tradición histórica de TVN de productos nacionales en ese horario. Tampoco tuvo éxito con los cambios. ¿Fue una decision mal tomada?
Era la decisión que tuvimos que tomar en ese momento. Hoy, con la perspectiva del tiempo, a lo mejor habríamos tomado otra, pero todos los indicadores apuntaban a eso entonces. Nos permitía poder acortar el proceso de producción de esa teleserie, que tenía un costo alto, y por otro lado disponer de antes de los actores. Una vez que se terminan esas teleseries empezamos los cambios en el área dramática, que era uno de los primeros objetivos que teníamos.
Pero movió una teleserie de 5 puntos para poner películas que marcaban 2. ¿No sería mejor dejarla al aire?
Claro, pero eso es algo que sabemos hoy.
Tiene algo también con el respeto a la audiencia: en el último año todos los canales han flexibilizado mucho la parrilla. Y como nunca hemos visto movimientos en TVN.
Hay que entender que por muchos años el pilar de TVN era el área dramática. Ahí se sostenía. Al no tener esos pilares, el canal se enfrenta a una realidad muy distinta. Cuando hacemos cambios estamos tratando de potenciar nuestra programación y que nuestros productos los vea la mayor cantidad de gente posible. Y a veces no nos resulta. No queda otra, cuando no tienes los rendimientos que quieres, que echarle mano a lo que tienes. Yo creo que en programación el tema táctico y estratégico es sin duda muy importante, pero no me confundo en lo más importante, que es que tengamos buenos programas. Es importante respetar al espectador, pero donde hacemos el foco es en la construcción de nuestros programas y teleseries.
Luego, en el verano todo se fue a piso. TVN llegó a ratings históricos, de 1 punto. El responsable de programación es usted. ¿Pensó en poner su cargo a disposicion?
La verdad es que no. El verano fue duro porque efectivamente teníamos muy pocas cartas con las cuales invitar a la gente a vernos, teníamos teleseries que no habían funcionado y el verano es un ejercicio difícil para los canales, no puedes invertir mucho porque tampoco se recauda mucho. Sabíamos que iba a ser difícil. Pero lo vuelvo a repetir, cuando uno tiene pocas cartas es poco el movimiento que uno puede hacer. Estábamos con un desempeño muy bajo, sin grandes capacidades de reacción, porque el foco estaba puesto en la fábrica, y ahí nos tenemos que jugar todo.
¿Por qué estrenar Matriarcas, la nueva vespertina, en la última semana de Pituca sin lucas que tiene 30 puntos de rating?
Nosotros estábamos buscando nuestro mejor momento. Me habría gustado salir antes con la teleserie. Más que salir una semana antes o después, nuestro gran desafío es que a la gente le gusten nuestras teleseries. La táctica es importante, pero no es lo más relevante.
Ustedes están tratando de reconstruir audiencia, pero el lunes Matriarcas partió en 10, y en la semana bajó a 7, luego a 5 y a 4 puntos. ¿Qué pasa si a esta teleserie y a La poseída no le va bien?
Creo que es muy prematuro, llevamos cinco capítulos al aire. Hay que esperar. Estamos tratando de darle mucha visibilidad, lo que es difícil con el éxito de la competencia, pero no nos ha ido mal en repeticiones. Creo que trajimos de vuelta a TVN teleseries atractivas. Estamos orgullosos del trabajo que hicimos.
Pero la decisión es darles tiempo, o moverlas como el año pasado.
Creo que las circunstancias en que tomamos las decisiones de esas teleseries es muy distinto al que estamos hoy día. Hay un espíritu que de alguna manera volvió al canal con estas teleseries, y es importante el cambio de actitud que tenemos que tener como canal con respecto a los cambios que hacemos. El desafío de hacer estas dos teleseries venía desde la realización, a poder competir en escenarios difíciles, porque TVN estaba en un escenario muy disminuído. No me voy a poner en el caso de que no les vaya bien, estamos trabajando en tener buenas teleseries y contar buenas historias. Hemos tenido mucho éxito con La chúcara, la que también nos costó mucho poner al aire. Cuando asumimos la dirección del canal nos encontramos con pocos contenidos, hemos tenido que trabajar muy rápido. Cuando nos fue mal con las teleseries el año pasado tuvimos un aprendizaje, tenemos que tener productos para mover u ofrecer alternativas que no sean sólo teleseries. Diversificar la oferta al espectador.
Tras ocho mese en el cargo. ¿Fue una buena decisión tomar este trabajo?
Ha sido un desafío profesional muy importante, estoy motivado.
¿Y no frustrado porque nada ha funcionado en pantalla?
Estoy contento porque hoy suena difícil, pero efectivamente creo en la frase que ha dicho nuestra directora, que la televisión de calidad se cocina a fuego lento. La poseída y Matriarcas son prueba de eso. Poder salir del momento difícil de TVN tiene que ver con alinear a un equipo detrás de nuestro proyecto. La televisión es una industria muy dinámica, puedes subir y bajar de un momento a otro. Todo lo que haces tiene repercusiones enormes, pero me siento respaldado, tengo un buen equipo y eso me hace pensar que van a venir tiempos mejores.
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