Director musical del Teatro Bolshói renuncia por burocracia
Alexandr Vedérnikov dejó su cargo por los funcionarios, quienes "quieren controlarlo todo, incluidos los asuntos artísticos", dijo.
El compositor Alexandr Vedérnikov anunció hoy su renuncia como director musical y de orquesta del famoso teatro Bolshói de Moscú, en protesta contra la arbitrariedad y la intromisión de burócratas y funcionarios.
"Ultimamente ya no puedo ejercer mi cargo plenamente, porque tenemos una administración burocrática. En el Bolshói mandan los funcionarios, que quieren controlarlo todo, incluidos los asuntos artísticos", explicó Vedérnikov a las agencias rusas.
En declaraciones en Milán, donde se encuentra la compañía del Bolshói para actuar en La Scala, indicó que el director general del teatro, Anatoli Ixánov, le ha privado poco a poco de sus facultades como director musical, en violación de su contrato.
"Todos los proyectos desde hace algún tiempo los decide sólo el director general, y cualquier idea que se me ocurre la tengo que consensuar con él, intentar convencerlo y mendigar presupuesto", indicó, según la agencia Interfax.
Según el compositor, tras presentar su dimisión, Ixánov declaró que el Bolshói prescindirá de director musical, lo que "significa que en el teatro habrá un vacío de dirección artística, y todo lo decidirán personas que ni siquiera tienen formación musical".
Por su parte, Ixánov confirmó a la agencia RIANóvosti que Vedérnikov le había anunciado hace tiempo su intención de dimitir y adelantó su propósito de prescindir de dirección musical permanente y trabajar con directores de orquesta invitados.
El compositor, a su vez, insistió en que un teatro mundialmente famoso como el Bolshói "necesita tener un solo dueño artístico, pues su orquesta y el coro, por magníficos que sean, pueden perder maestría sin el debido control por parte de la dirección musical".
Vedérnikov subrayó que necesitó tres años y medio para reformar el Bolshói y renovar su cartelera y otros tres para dar a conocer estos cambios en el mundo, y expresó su temor de que dentro de algún tiempo el teatro vuelva a perder calidad.
Añadió que otra razón para dimitir es la intención del alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, de asumir el control de la interminable y polémica reconstrucción del principal teatro del país, que se arrastra desde hace cuatro años.
"Estoy alarmado por la llegada del equipo del alcalde, pues esa gente ya ha construido el nuevo escenario del Bolshói y la Casa de la Música, que desde el punto de vista acústico son un fracaso total", dijo.
También señaló que con su ida quiere atraer la atención de la sociedad a la penosa situación de todos los teatros rusos debido al "vacío creativo", la indiferencia de las autoridades y la falta de financiación.
Sobre su futuro dijo que lo han invitado dos orquestas sinfónicas de países escandinavos y, aunque preferiría trabajar en casa, no espera ofertas del Ministerio de Cultura pues las grandes orquestas rusas no tienen costumbre de rotar a sus directores.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.