Director social del Hogar de Cristo: "El Sename es reflejo de un desinterés negligente de muchos gobiernos"
Para el sociólogo, la crisis del servicio es histórica y demanda una reformulación total del sistema.
Un crítico análisis de la crisis del Sename y del anuncio presidencial para sortearla hizo el sociólogo y director social nacional de la Fundación Hogar de Cristo, Paulo Egenau, quien fuera hasta junio de este año el director ejecutivo de la Fundación Paréntesis. Hoy está a cargo de coordinar los distintos programas de ayuda social y conoce de cerca la realidad del Sename, ya que desde el área de protección y derechos del niño de la fundación se ejecutan también programas del Sename. Una realidad que conoce de cerca, y que no duda en cuestionar no sólo a la luz de las cifras de niños muertos dadas a conocer, sino de un incumplimiento como país.
¿Le sorprendieron las cifras de niños fallecidos bajo cuidado directo del Sename?
La verdad es que nadie esperaba que fueran de tal magnitud. Ya las cifras que circulaban hace un par de meses eran cifras alarmantes y sorprendentes, y evidentemente las cifras que hoy conocemos sorprenden de manera extraordinaria. Ha sido un golpe brutal.
¿Cual es la responsabilidad que le cabe al Sename o al Estado en estas muertes?
Es un tema que tendrá que ser investigado individualmente para saber cuáles fueron producto de una negligencia y cuáles inevitables. Lo que sí planteamos es que el Sename es el reflejo de un abandono total y un desinterés negligente por parte de muchos gobiernos a lo largo de muchas décadas en el país.
Pero alguien tiene que asumir la responsabilidad del bienestar de los menores o de sus carencias.
Creo que hay responsabilidad compartida por todos, pero sin duda alguna los gobiernos de turno tienen una responsabilidad primaria. El Sename es un síntoma de un abandono colectivo y de una irresponsabilidad política histórica en relación a niños vulnerables en manos del Sename. Tienen responsabilidad el Ministerio de Salud, el de Educación, el de Desarrollo Social y también
las organizaciones de la sociedad civil. Sería injusto responsabilizar exclusivamente al Sename.
La Presidenta anunció recursos por $ 2.500 millones y cambios en la institucionalidad del Sename. ¿Cree que servirá de algo?
Más allá de lo que anunció concretamente, creo que la señal que se dio desde La Moneda es muy poderosa y es lo que esperábamos hace mucho tiempo: que se pusiera el foco, prioritario y urgente, en el segmento de los niños más pobres del país. Además, habló también de garantizar derechos en salud y educación para niños y jóvenes que no existen para esos ministerios. Pero hoy se pone el acento en que es imperdonable e impresentable seguir dando este tipo de servicios (a través de Sename).
¿Este anuncio reconoce una falla total de un sistema que debía proteger a los menores?
Sin duda que hay matices, porque nos podemos encontrar con organizaciones que sí han funcionado, pero en términos globales, cuando decimos que hay un abandono negligente como país es eso. No sólo no cumplimos con la misión y la labor de proteger a los niños, sino generar servicios dañinos y perjudiciales para su desarrollo, más allá de la brutalidad de las cifra de muertes.
¿Por qué no hubo una reacción previa a este daño sistemático?
Lo que pasa es que aquí ha habido procesos cotidianos silenciosos y dañinos producto de la mala calidad de los servicios generados para los menores. Y eso es muy difícil de detectar, porque no se expone a la luz pública de manera repentina, sin el impacto brutal que tienen las cifras de la muerte. Pero son procesos graduales que dañan el desarrollo sicosocial integral de estos niños en su transición a la adultez.
El anuncio de dividir el Sename en áreas (penal y de protección) ya había sido anunciado por el gobierno anterior, sin resultados concretos. ¿Es necesaria la muerte de niños para tomarlos en serio?
Lamentablemente, a veces los sucesos funcionan así, y luego de una grave crisis como ésta, se precipitan los procesos políticos de emergencia, debiendo haberse precipitado con mucha mayor antelación como respuesta a un requerimiento ético profundo. En lo puntual, sobre la separación del Sename es algo que se viene proponiendo hace años. En la medida en que haya mayor especialización, las instituciones van a funcionar mejor.
¿Cree que los anuncios serán suficientes para un cambio real?
En general, los anuncios son positivos, lo que hay que ver ahora es cómo esos anuncian cambiarán las prácticas. No sólo más recursos para hacer más de lo mismo, sino definitivamente cambiar las prácticas. Tiene que haber una reformulación completa del sistema para que los servicios y programas que generemos para los niños tengan niveles de calidad acreditados bajo estándares internacionales.
¿Concuerda en que estos anuncios debieron hacerse hace 15 años, como declaró la Unicef?
Sin duda que sí, esto estaba a la vista de todos los gobiernos y políticos, abierto para que una sociedad más sensible se hubiera dado cuenta de que había que hacer cambios fundamentales hace mucho tiempo. Esto ha sido un atropello a los derechos humanos de los menores. Pero en Chile aún nos cuesta asociar los derechos humanos a la calidad de servicios que se entregan y que están consagrados en la Constitución.b
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